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Así se rastrean las muestras en busca del coronavirus en Navarra

El laboratorio de Microbiología del CHN puede detectar en 4 horas si hay coronavirus ante una sospecha. Este jueves confirmó el tercer caso en Navarra

Miembros del servicio de Microbiología del CHN. De izda a decha: Miriam Saenz Decos, Ana Navascués Ortega, Mª José Oronoz Larrea, Maite Hidalgo Cruz, Mª Eugenia Portillo Bordonaba, Carmen Ezpeleta Baquedano y Mikel Gómez Agúndez. Eduardo Buxens

Su trabajo es desconocido para la mayor parte de la ciudadanía pero en sus manos están muchas de las respuestas cuando la salud falla. Con pipetas, reactivos o máquinas termocicladoras los profesionales del laboratorio de Microbiología buscan los gérmenes que causan infecciones en las personas pero también las causas de las multiresistencias a los antibióticos, entre otras tareas. La crisis del coronavirus les ha puesto en el punto de mira. Y sí, están preparados.


“El 12 de enero los chinos dieron a conocer el genoma de este nuevo virus y para el día 25 desde Alemania un consorcio de laboratorios de varios países ya había diseñado la técnica, es decir, indicaron los genes que había que detectar en las muestras para saber si el virus está presente”, explica Carmen Ezpeleta Baquedano, jefa del servicio de Microbiología del Complejo Hospitalario de Navarra. El centro dispone de la técnica PCR (reacción en cadena de la polimerasa) que permite conocer en unas cuatro horas si un caso sospechoso es positivo o negativo.


La ventaja que aporta esta rapidez diagnóstica es clave a la hora de tomar medidas, tanto clínicas para el paciente como de contención en su entorno, apunta Ezpeleta.


PRECISIÓN MILIMÉTRICA


Entrar en el laboratorio de biología molecular, donde se lleva a cabo el proceso para detectar coronavirus, no encoge el corazón. Entra la luz, corre el aire y el personal circula mayoritariamente con una bata blanca.


¿Miedo?... “Ninguno”, responden al unísono Ezpeleta, Mª Eugenia Portillo Bordonaba y Ana Navascués Ortega, médicas del servicio. “Este es nuestro trabajo. Estamos acostumbradas a tratar con virus”. Al contrario, saber que hay un nuevo virus, poder verlo y estudiarlo es “bonito”: un “subidón”, aseguran. “Si conocemos cómo se transmite el virus y tomas las medidas para que no lo haga, no se va a transmitir”, apunta Ezpeleta. “Ahora, aquí se trabaja igual que siempre”, añade. A pesar de lo que ocurre fuera, las medidas de generales de prevención en el laboratorio son las mismas: toser en el brazo y lavado de manos, con agua y jabón o solución alcohólica. Lo llevan en su ADN. “Si esto sirve para que la gente tosa en el brazo y se lave bien las manos, bendito sea”, recalcan.


El trabajo en el laboratorio es de alta precisión y se siguen las normas rigurosamente. “Siempre hay que trabajar con un cuidado exquisito para que no se contaminen las muestras”, añade Ezpeleta


En este, cuando la muestra del caso sospechoso llega al laboratorio en una caja específica, la fase de extracción es la más delicada para los profesionales, en cuanto a riesgo biológico se refiere. Para ello, el personal que va a manipular la muestra se cubre con la mascarilla de máxima seguridad (FPP3), con guantes, una bata impermeable y una pantalla protectora para los ojos. Las dos últimas son medidas extra que se han adoptado para analizar el coronavirus. Todo el trabajo se realiza dentro de la ‘campana de extracción’, que dispone de un sistema que crea una barrera de aire e impide que algo salga al exterior.


El proceso sigue su curso con “máximo cuidado” para no contaminar la muestra, ya que tras esa primera fase en la que se extrae el virus y se pasa a otro tubo para empezar el proceso de análisis el virus ya no es infeccioso, explica Portillo. Al final del proceso, la pantalla del ordenador muestra el resultado: las curvas ascendentes en rojo indican positivo.


En este camino, la técnica PCR es la protagonista. “Es una técnica de laboratorio. Se trata de detectar los ácidos nucleicos, que es donde un bicho tiene puesta su información”. Pero hay que saber qué buscar y cómo buscarlo. En el caso de este coronavirus, desde Alemania se informó de que con los genes E, N y R la sensibilidad de la prueba era muy grande para detectar este virus. En definitiva, se buscan unos genes específicos para este virus. Para otros gérmenes, las búsquedas son diferentes. En este sentido, Ezpeleta destacó la rapidez con la que se ha desarrollado este estudio y con la que se han conseguido los reactivos para llevar a cabo los análisis con la técnica PCR. Navarra contaba ya con este material para cuando se detectó el primer caso, el 29 de febrero.


VIENE A QUEDARSE


La tarea en el laboratorio de Microbiología, que ocupa tres plantas del pabellón L del Complejo Hospitalario de Navarra, crece día a día en capacidad diagnóstica desde que se unificaron los laboratorios en 2011. Se encarga del estudio de las enfermedades infecciosas, desde serología (virus), bacteriología (bacterias), PCR molecular de coprocultivos (parásitos), biología molecular, consulta de alto rendimiento de Infecciones de Transmisión Sexual, mecanismos de resistencias de antibióticos... Y afronta nuevos retos ya que, en breve, se abrirá un laboratorio de nivel 3 (máximo nivel de bioseguridad para ébola, fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, etc.). “Cada vez hay más infecciones diferentes, quizás por el cambio climático”, reflexiona Ezpeleta.


En este laboratorio de máxima seguridad tienen previsto realizar también los análisis de coronavirus. “No sabemos qué va a pasar pero seguramente se quedará, como pasó con la gripe A”, apuntó Ezpeleta. A juicio de las expertas, no tiene ningún sentido llevar mascarillas quirúrgicas por la calle porque si un afectado tose al lado va a contagiar. Además, la mascarilla conlleva una manipulación ya que al quitarla es normal tocar la boca. “Mejor el lavado de manos”, insisten las expertas.

REFUERZO EN LAS GUARDIAS


El servicio de Microbiología del CHN está formado por 12 microbiólogos, 24 TEL, 2 secretarias, una supervisora y 3 residentes. Atiende los servicios de toda Navarra y de los hospitales San Juan de Dios y San Miguel. El horario habitual se completa con guardias de presencia física (de 15 a 22 horas) de dos TEL (técnicos especialistas en laboratorio) y un microbiólogo y una guardia localizada del microbiólogo, de 22 a 8 h.. Ahora, con la crisis del coronavirus se ha reforzado por la tarde con otra guardia localizada de un microbiólogo y un TEL. Los fines de semana trabajan en guardia de presencia física (9 a 21) un microbiólogo y dos TEL y localizado un microbiólogo de 21 a 9 h.. Ahora, se ha reforzado con un microbiólogo más de guardia localizada de 9 a 21, aunque si hay trabajo cubre más horas.

<div class="tit_blue" style="text-align: justify;">EL PROCESO</div>

 

1. ENVÍO DE MUESTRAS

Las muestras con sospecha de coronavirus llegan con unas medidas de bioseguridad hasta el laboratorio. En concreto, el sanitario recoge mediante un frotis una muestra de la boca y de la nariz de la persona con sospecha. La muestra se introduce en un tubo y, posteriormente, en un sobre con empapador y en una bolsa hermética. A su vez, la bolsa se introduce en una caja específica para enfermedades infecciosas transmisibles que está protegida en el interior. Una caja puede contener varias muestras. No se requiere protección especial en este paso.

2. RECOGIDA EN RECEPCIÓN

El personal de recepción, entre 2 y 3 personas, recoge la muestra en el laboratorio de Microbiología. Previamente, ha recibido la comunicación de que van a llegar las muestras tanto de servicios del hospital como de urgencias o desde el 112. En este caso traen las cajas en neveras con hielo en el interior para que la muestra no se degrade. La secretaria del servicio realiza el trámite administrativo para registrar las muestras (paciente, número de muestra, etc.). El personal del laboratorio de microbiología recoge la muestra y la lleva al laboratorio.

3. CAMPAÑA DE EXTRACCIÓN

En el laboratorio la muestra pasa por varias fases. La primera se realiza en la campana de extracción y es la que conlleva mayor riesgo. Por eso, se ponen una bata impermeable, mascarilla FPP3 (la de mayor nivel de seguridad), guantes de vinilo y una pantalla protectora para los ojos (similar a un casco). En la campana normalmente el técnico especialista en laboratorio (TEL) extrae la muestra de la bolsa hermética. La campana dispone de un sistema de aire que aspira hacia arriba, crea una barrera e impide que salga algo al exterior. “Se crea una pantalla de aire que protege a la persona que manipula la muestra”, explican.

4. PROCESO DE EXTRACCIÓN

Tras extraer la muestra en la campana y prepararla en otro tubo, se introduce en una máquina de extracción de ácidos nucleicos (material genético). Su función es separar el ADN, ARN de todo lo que contenga la muestra (virus, bacterias, etc.). El proceso dura en torno a una hora. El laboratorio dispone de cinco aparatos de estas características que pueden trabajar cada uno con 16 muestras a la vez. Una vez terminado el proceso la muestra pasa a la siguiente fase.

5. CAMPANA DE AMPLIFICACIÓN

Es una máquina en la que las medidas higiénicas son extremas para que no se contamine ninguna muestra. En esta fase, los técnicos preparan una mezcla con los reactivos correspondientes para poder llevar a cabo la PCR. Básicamente se trata de amplificar el material genético (incrementar el número de copias de lo que se quiere buscar). En este caso concreto, se buscan los genes E, N y R. A mediados de enero los chinos dieron a conocer el genoma del coronavirus y hallando estos tres la sensibilidad de la prueba es muy elevada.

6. DETECCIÓN

Finalmente la muestra llega al aparato termociclador. La máquina comienza a trabajar y, a la vez que multiplica el material genético, va detectando los genes citados. El aparato dispone de un ordenador con un software específico donde los especialistas pueden ver si se están detectando estos genes. Si se forman curvas que ascienden (se ve en la pantalla) es que los genes están presentes. El proceso dura alrededor de tres horas. Una vez que se conoce el resultado se avisa a Salud Pública y se cuelga en la historia clínica del paciente.

Su trabajo es desconocido para la mayor parte de la ciudadanía pero en sus manos están muchas de las respuestas cuando la salud falla. Con pipetas, reactivos o máquinas termocicladoras los profesionales del laboratorio de Microbiología buscan los gér

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