Más allá de la mediación en la familia
Una formación que impulsó la ‘Fundación Filia’ de apoyo al menor y que ellas han seguido. Ayudan a familias en conflicto y envían la información pertinente al juez
- Sonsoles Echavarren
La pareja se ha separado después de quince años juntos y con dos niños pequeños. Al dolor de la ruptura (porque el amor ha terminado, la convivencia ha deteriorado la relación o ha aparecido una tercera persona) se suma qué va a pasar con esos hijos. ¿Custodia compartida? ¿Exclusiva? ¿Quién se queda con la casa? ¿O se vende y se reparte el dinero? Muchas preguntas y pocas respuestas en unos de los momentos más duros de la vida. Por eso, en ocasiones, hay que recurrir a los profesionales. Como los mediadores familiares o los coordinadores parentales. ¿Pero quiénes son esas personas? ¿Y a qué se dedican? La abogada de familia Pilar Peña Herreros y la psicoterapeuta familiar Marian Aniz Sánchez trabajan juntas desde hace catorce años como mediadoras familiares para el Gobierno de Navarra en su consulta de Pamplona. Pero ahora han dado un paso más. Y acaban de concluir la formación que las habilita como ‘coordinadoras parentales’, una nueva figura que intercede en caso de rupturas muy complejas con menores de por medio. Una figura que ha lanzado en España la madrileña Lucía del Prado, presidenta de la ‘Fundación Filia’ de amparo al menor, y que presentó recientemente en Pamplona su primer libro, No puedo ser dos. Los padres se divorcian, los hijos no (Ediciones Saralejandría, 15 euros). Los coordinadores parentales, apuntan las nuevas tituladas navarras, son una figura que actúa “donde la mediación se queda corta”. El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), añaden, pondrá en marcha un proyecto piloto gratuito para que las familias se beneficien de la coordinación parental. ¿La clave? Que los profesionales (abogados, psicólogos...) se entrevisten con todas las personas del entorno de los menores que puedan aportar información (pediatras, maestros, especialistas...) y envíen la información pertinente a los juzgados, en el caso de que se necesiten elaborar informes.
Pilar Peña y Marian Aniz atienen unos 270 casos anuales en mediación familiar y el 99,9% de ellos, aseguran, son rupturas de pareja. “Nunca habíamos tenido una lista de espera como ahora. Cada vez hay más separaciones”, coinciden. Y cuentan que son muchas las vías por las que las parejas llegan hasta ellas. “El boca-oreja o la recomendación de otros profesionales. Hace poco vino una persona a la que se lo había recomendado ‘el del banco’. En una ruptura hay muchos frentes abiertos”, lamentan.
<div class="tit_blue">Todas las clase sociales</div> ¿Y cuáles son los motivos que llevan a una pareja a romper y terminar con la convivencia? “Muchísimos... Pero cada vez tienen más peso los modelos educativos diferentes (en caso de tener hijos) o las malas relaciones con las familias extensas”. Además, agrega, socialmente “ya no está mal visto el divorcio”. “Se ha normalizado y la mujer tiene generalmente independencia económica... Se ha convertido en algo muy frecuente en todas las clases sociales e intelectuales”.
En el caso de la custodia de los menores, no se decantan por ninguna (ni la compartida ni la exclusiva), ya que, argumentan, dependerán de cada caso. “Intentamos evitar la palabra ‘custodia’ porque desune mucho. Preferimos utilizar un vocabulario que una, que sea más práctico. Por eso, hablamos de horarios, de calendarios, de quién lleva y recoge al niño del colegio ese día... Pero no de ‘custodios’”.
Marian Aniz, psicóloga, recuerda que, aunque haya habido una separación, hay que abordar el “conjunto familiar al completo” (padres e hijos). “Si tienes hijos, toda la vida te vas a tener que comunicar con tu ‘ex’.” ¿Y si no los hay? “Siempre hay cosas en común: el piso, un perro... Lo que ocurre es que con los hijos te une algo muy profundo, que es el amor por ellos”. Y las facturas emocionales, recalca, no las va a resolver ningún juez. “Hemos visto ‘broncas’ por un juego de café o un porrón... La gente no discute por eso sino porque el valor sentimental que tiene y por lo que significa para ellos”.
<div class="tit_blue">Trabajo de tres meses</div> La coordinación parental gratuita que se pondrá en marcha en breve en Navarra, explican las expertas, durará tres meses. “Para que no se cronifique ni el problema ‘macere’. Lo que queremos es sacar a las personas de esta espiral”. La mediación, aclaran, suele durar algo menos (dos meses).
Y ellas apuestan por derivar correctamente a las personas que acuden a pedir ayuda a los profesionales pertinentes (juez, psicólogo...) “La mayor parte de los fracasos vienen porque las personas han sido mal derivadas”. En este caso, ellas apuestan por recabar toda la información necesaria del caso y enviársela al juez si es preciso elaborar informes. El juez es quien dictará las instrucciones (régimen de visitas, vacaciones...) “La coordinación obliga a que se cumplan estas medidas. La mediación, no”.
<div class="tit_blue">Calendarios con fosforitos</div> El padre lleva a los niños el lunes por la mañana al colegio y ya no los recoge hasta el viernes. Durante los días intermedios, han estado con la madre. “Nos sentamos con los dos alrededor de una mesa y hacemos calendarios y horarios concretos. Con rotuladores fosforitos repartimos los días para uno y otro”. Así explica Pilar Peña Herreros cómo se distribuye en la práctica el tiempo en una consulta de mediación familiar y coordinación parental. “El día a día va más allá de temas trascendentes. La custodia muchas veces depende de los horarios libres que les dejen sus jefes, del desempeño de nuevos trabajos o de las extraescolares de los niños”
<div class="tit_blue">Las claves</div>
Mediación familiar. Es un servicio impulsado por abogados, psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales... y que atiende a familias en conflicto. Sobre todo, con rupturas de pareja pero también con problemas con los padres mayores, hermanos que no se hablan...
Coordinación parental. Es una figura muy reciente que ha impulsado Lucía del Prado, presidenta de la ‘Fundación Filia’ de amparo al menor (para proteger a niños cuyos padres están separados y en conflicto). En colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos y la UCAM de Murcia, ofrece un curso de postgrado para psicólogos, abogados, trabajadores sociales... Pilar Peña y Marian Aniz son las dos navarras que ya se han formado. “Actuamos donde no llega la mediación familiar”, dicen. Se encargan de recabar toda la información posible (de pediatras, maestros...) y la envían a los juzgados.
La pareja se ha separado después de quince años juntos y con dos niños pequeños. Al dolor de la ruptura (porque el amor ha terminado, la convivencia ha deteriorado la relación o ha aparecido una tercera persona) se suma qué va a pasar con esos h
Diario de Navarra
- Web + app (0,27€ al día)
- Versión PDF
- Periódico en papel