Chivite, el foco de todas las miradas
Faltan cinco días para que las urnas dictaminen. Javier Esparza, María Chivite y Uxue Barkos se juegan la presidencia.
- Luis Sanz
Todas las miradas apuntan a María Chivite, la candidata socialista a la presidencia del Gobierno de Navarra. Es la firme constatación de que todos piensan que tendrá la llave de la gobernabilidad. No habrá mayoría del cuatripartito, ni de la coalición de centroderecha, Navarra Suma. Todos, en manos de Chivite, que ya ha dicho que quiere liderar un gobierno de izquierdas y progresista. “No voy a gobernar con Esparza; con Barkos no lo sé”, manifestó a este periódico.
Ante esta declaración de intenciones, el líder de Navarra Suma, Javier Esparza, pide el voto a los socialistas que no quieren que su candidata gobierne con los nacionalistas vascos; la presidenta en funciones, Uxue Barkos, le exige a Chivite que “aclare si está dispuesta a aceptar hasta los votos de Vox para llegar al Gobierno de Navarra”; la candidata de Bildu, Bakartxo Ruiz, cree que “hay un pacto secreto entre las fuerzas del régimen” para hacer presidenta a Chivite; y por si no fuera suficiente con lo de casa, el líder nacional de Ciudadanos, Albert Rivera, afirma que “cada voto al PSN irá a Uxue Barkos”; y la popular Cayetana Álvarez de Toledo asegura que “Navarra es el instrumento de Sánchez para llegar al poder” en Madrid.
En el debate de los candidatos al Parlamento de Navarra, celebrado ayer en las instalaciones de este periódico, fueron calcándose las posiciones, las incertidumbres y desconfianzas que se respira entre las diferentes opciones políticas. La socialista Chivite repitió lo que viene diciendo a lo largo de la campaña: que quiere presidir el futuro gobierno con Geroa Bai, Podemos e Izquierda Ezkerra. Habrá “o presidenta abertzale o socialista”. Sin tapujos. Quedan fuera de la ecuación Navarra Suma (UPN, PP y C’s) y EH Bildu, lo cual provocó que tanto Javier Esparza como Bakartxo Ruiz fueran los más críticos con el PSN. Chivite intentó durante las dos horas de debate convencer de su cercanía con las políticas de quienes espera que sean sus compañeros de viaje, mientras que trató de poner distancia con Navarra Suma y EH Bildu.
El líder regionalista quiso mostrar las contradicciones de Chivite, preguntándole si pretendía gobernar con los que dicen no a las grandes infraestructuras (TAV y Canal), los que eliminan la ley de Símbolos para colocar la ikurriña, los que niegan a las madres la devolución del IRPF por maternidad... “Yo quiero lo mismo que usted”, pero le avisó que no le haría presidenta con la mitad de votos y escaños que Navarra Suma. Bakartxo Ruiz respondió a la candidata socialista que su discurso le sonaba muy fingido tras cuatro años de oposición de la mano de UPN.
Pero es que el resto de los grupos del cuatripartito tampoco aplaudió ese supuesto gobierno que pretende Chivite. Ante todo, Geroa Bai, Podemos e I-E quieren proteger el actual cuatripartito, y si el Partido Socialista decidiese participar en un nuevo acuerdo programático, bienvenido. Tanto Barkos, como Mikel Buil (Podemos) y Marisa de Simón (I-E) advirtieron a Chivite que no están dispuestos a cambiar de rumbo, a hacer una política diferente a la que viene realizando este gobierno, al contrario, están por dar una nueva vuelta de tuerca en la siguiente legislatura.
Conclusión: de los electores depende que no repita el actual cuatripartito; y de Esparza y Chivite, que Navarra tenga un gobierno constitucionalista o nacionalista.
Todas las miradas apuntan a María Chivite, la candidata socialista a la presidencia del Gobierno de Navarra. Es la firme constatación de que todos piensan que tendrá la llave de la gobernabilidad. No habrá mayoría del cuatripartito, ni de la coa
Diario de Navarra
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