Así se retira un nido de avispa asiática en Pamplona
Diario de Navarra acompaña a un equipo de bomberos, que se trasladó hasta el CIP Donapea para eliminar un nido de este insecto invasor. Esta es una de las casi 370 actuaciones para eliminar esta plaga en lo que va de año en Navarra.
- David García
- Begoña Goitiandia
El polideportivo del CIP Donapea se sumó hace unas semanas a la lista de espacios 'colonizados' por la avispa asiática -Vespa Velutina- en Navarra. Un nido de unos 70 centímetros de alto, al parecer construido “en no más de 20 días”, colgaba del techo del pabellón cuando una de las trabajadoras encargadas de la limpieza del centro dio el aviso. Diario de Navarra acompañó al equipo formado por un sargento, un bombero y un conductor de Bomberos de Navarra en la retirada del último nidos de esta especie invasora, que ya provocado casi 370 actuaciones como ésta en lo que va de temporada.
La estampa del pabellón del centro no es agradable. Más de 1000 ejemplares de avispa asiática – negra y más grande que la autóctona – yacen en el suelo. Todavía puede verse, revoloteando junto al nido, algún insecto que parece haberse escapado del veneno que se inyectó hace unos días dentro del enjambre . Tal y como describe el sargento de bomberos Francisco Javier Ullate Domaica, tras inspeccionar el nido y ver que se trataba de una zona empleada por los alumnos en el recreo, no hubo duda sobre cómo proceder.
Ante la imposibilidad de entrar con el camión de bomberos dentro del polideportivo, un bombero ataviado con traje de apicultor de unos 4 milímetros de grosor y una pértiga con veneno, inyectó dentro del nido el insecticida. “El veneno impregna el nido, que es como si fuese de cartón, y las avispan mueren a los dos o tres días. Antes se empleaba un insecticida más potente, pero ahora sólo personal formado puede utilizar ese veneno”, relata Ullate.
Tras la espera de rigor, y una vez comprobado que ha hecho efecto en los insectos, es el turno de la retirada del nido. En esta ocasión un reportero se enfundará también el traje especial. “Hay que intentar que no quede nada suelto porque pueden introducirse dentro y además esta avispa tiene el aguijón más grande”, explica el bombero al periodista que le acompañará con la cámara. La altura a la que está instalado hace que el funcionario apueste por eliminarlo con agua a presión, a pesar de que desconoce si los ejemplares que todavía se refugian en el interior del nido son muchos.
Con el periodista a una distancia de seguridad prudente, el bombero dirige el agua a presión hacia el nido. Ha habido suerte, parece que la única avispa que queda con vida era la que se podía ver antes. Tras unos minutos, los restos del nido y de los ejemplares que habitaban en él ensucian el suelo del pabellón. De la limpieza se encargarán las trabajadoras del centro escolar.
NO TODOS LOS NIDOS SE ELIMINAN
Tal y como explica el técnico del departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, Jokin Larumbe, antes de proceder a la retirada de un nido de estas características se valora si es necesario eliminarlo. “Muchas veces recibimos llamadas de nidos que están vacíos o en las últimas semanas de vida y no se retiran”. Así se reducen las intervenciones de Bomberos o Guarderío Forestal cuando no son necesarias.
Aunque en la intervención del CIP Donapea sólo fue necesaria la actuación de una persona porque se retiró el nido con una manguera a presión, suelen trabajar al menos dos. Una de ellas corta la unión del nido con el árbol y la otra sostiene una bolsa de basura debajo. Una vez dentro, ésta se cierra con cinta adhesiva y se traslada para su destrucción. Es importante que la bolsa sea grande – algunos nidos alcanzan los 70 centímetros de diámetro- y gruesa “porque tienen unas mandíbulas muy potentes y pueden salir”, afirma Larumbe.
El sargento Francisco Javier Ullate describe que en algunos casos es necesario retirar el nido inmediatamente “porque está en un piso o en un lugar donde la gente está de forma continuada”. En esas ocasiones se puede utilizar insecticida o silicona de endurecimiento rápido para “taponar la salida y así los funcionarios pueden operar con mayor facilidad”. Una vez retirado, lo más habitual es meter el nido en un arcón para congelarlo y matar así a todas las avispas.
RÁPIDA EXPANSIÓN
Tal y como explica Larumbe, la cifra de nidos de esta especie invasora ha aumentado progresivamente en los últimos años. La primera observación de este insecto en Navarra se produjo en otoño de 2010 en Luzaide (Valcarlos), sobre las ramas de un chopo, y desde entonces los avisos por la presencia de avispa asiática no han dejado de llegar. “Al principio eran 10 por la zona de Baztan. Aumentaron a 80 en la temporada 2012/2013 y, pese a bajar en el año 2015, ahora podemos hablar de casi 370 avisos de nidos en lo que va de año”, dice.
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Aunque para Larumbe, estas cifras “no se pueden comparar con los 1.500 nidos que quitan al año en Guipuzcoa, los 2.000 de Vizcaya ni, por supuesto, los 20.000 a los que se enfrentan los gallegos”, declara. En España, la avispa asiática se expande por el norte del país desde hace ocho años, cuando entró por Navarra desde el sur de Francia.
En Navarra, el avispón asiático continúa asentado en la zona de Baztan-Bidasoa, Valcarlos, el norte del valle de Erro y la Cuenca de Pamplona. Además, se ha detectado su presencia en Ultzama, Basaburúa y Leizarán. Resulta más difícil verlo en la mitad sur de la comunidad y en las zonas pirenaicas y pre pirenaicas, donde el frío ayuda a contener su expansión.
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Para Larumbe, esta “moderada” expansión de la avispa asiática en la Comunidad foral se debe a dos factores. Por un lado, no todo el territorio navarro es el idóneo para al supervivencia de esta especie, que “no tolera las temperaturas extremas y busca la humedad”. Por otro, valora “el trabajo que se está haciendo desde ayuntamientos, Bomberos de Navarra y Guarderío Forestal para controlar la aparición de nidos y reducir así su expansión”.
DOLOR INTENSO DURANTE 24 HORAS
La picadura del avispón asiático tiene “las mismas consecuencias” que la de la autóctona: una hinchazón de varios centímetros de diámetro y un dolor intenso durante 24 horas. "Un mito que hay que derribar es que la avispa velutina sea un insecto peligroso", explica Larumbe. "No lo es en absoluto. De las tres personas que han muerto este año por picaduras en Galicia tan solo una ha sido por la especie velutina". Además, se trata de una especie menos agresiva con los humanos, pero muestra un comportamiento implacable con otros insectos, sobre todo con las abejas, para las que resulta letal.
El polideportivo del CIP Donapea se sumó hace unas semanas a la lista de espacios 'colonizados' por la avispa asiática -Vespa Velutina- en Navarra. Un nido de unos 70 centímetros de alto, al parecer construido “en no más de 20 días”, colgaba del tech
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