“El Gobierno navarro ha elegido el acuerdo con sus socios antes que el TAV”
Asegura que Ayerdi le comunicó que el Ejecutivo navarro no iba a responder a la propuesta de Fomento para acordar las obras del TAV. Y niega que se vinculara este asunto al Convenio Económico
- Beatriz Arnedo
La decisión de que el Ministerio de Fomento asuma la gestión íntegra de las obras del TAV “la tomó el Gobierno de Navarra”, asegura el ministro Íñigo de la Serna Hernáiz. Cuenta que el vicepresidente Manu Ayerdi le comunicó que no iban a dar una respuesta a la propuesta de convenio para construir el corredor ferroviario que había realizado Fomento. Ni el Ejecutivo central ni el navarro condicionaron esa negociación con la del Convenio Económico, subraya. Sostiene que es el escudo que se está utilizando para que “no se vea la realidad” de que el Gobierno ha antepuesto el acuerdo con sus socios al corredor ferroviario. El ministro relata a Diario de Navarra lo ocurrido durante estos meses y en esta última y decisiva semana.
Aunque nació en Bilbao hace 46 años, su vida ha transcurrido en Cantabria, de cuya capital fue alcalde desde 2007 hasta que asumió la cartera de Fomento. Esta entrevista tuvo lugar el pasado viernes por la tarde en Burgos, a medio camino del viaje que realizó Íñigo de la Serna desde Madrid, donde había asistido al semanal Consejo de Ministros, hasta Santander.
¿Por qué han tomado la drástica decisión de asumir íntegramente la gestión de las obras del TAV?
No es una decisión que haya tomado el Ministerio ni ha sido unilateral como se ha dicho, al contrario. Hemos hecho lo imposible por alcanzar un acuerdo, trabajando desde la máxima colaboración. Hay sobradas muestras de ello. Hemos tenido una actitud proactiva y, de hecho, fuimos los que pusimos sobre la mesa un acuerdo de colaboración. Si cupiera hablar de decisión drástica o unilateral, sería la que ha tomado el Gobierno de Navarra de no firmar ese convenio.
Tras años de retrasos en esta obra, ¿por qué no se ha esperado unos días más, unas semanas?
Hemos esperado meses, casi cuatro, cuando en otros muchos sitios esto se resuelve en apenas unas semanas. Sobre todo, ha habido una sucesión de retrasos injustificados e incumplimientos de los plazos que nos marcamos. El acuerdo con el vicepresidente Ayerdi era que estuviéramos en disposición de firmar el convenio antes del verano. Luego me pidió que fuera después de agosto. Yo le dije que ya no teníamos tiempo, pero al final accedí con el mutuo acuerdo de establecer el 10 de septiembre como plazo último, definitivo, inaplazable. En cualquier caso, la sucesión de acontecimientos demuestra que el Gobierno nunca hubiera podido firmar ese convenio.
¿Por qué?
Yo tengo un alto concepto del vicepresidente Ayerdi. Es una persona que cree en el tren de alta velocidad, está convencido de que es una infraestructura buena para los navarros y necesaria para mejorar la Comunidad. Pero tenía que tomar una decisión entre el acuerdo político (con el cuatripartito) o el TAV. Y decidió o alguien decidió por él. Yo no entro a valorar eso, es una cuestión interna, sin embargo, Podemos o Bildu pueden condicionar cuáles son las prioridades del Gobierno de Navarra, pero no las del Gobierno de España. Pueden decir que los navarros no tienen que tener un Tren de Alta Velocidad como el que tendrán los vascos, pero nosotros estamos obligados a que lo tengan en las mismas condiciones. El Gobierno de España no puede estar sujeto a los caprichos de partidos que lo que quiere es que no se haga.
LAS "PRESIONES"
¿Tiene claro que ha sido la presión de los socios del Gobierno sobre la presidenta Uxue Barkos la que ha ocasionado este desenlace?
Es algo absolutamente evidente. Pero, insisto, no es mi función valorar eso. Mi objetivo ahora es construir una infraestructura vital para Navarra y tengo muy claro que no vamos a hacer política con el Tren de Alta Velocidad. Nuestro único deseo es ejecutar la obra lo antes posible.
¿Usted ha recibido presiones de UPN como sostiene el Gobierno?
Eso es una fantasía. No ha habido ningún tipo de presión. Nuestra relación con UPN es muy buena. Tenemos un acuerdo firmemente asentado en bases de lealtad y colaboración. Mi relación con Javier Esparza es magnífica, hablamos a menudo y compartimos plenamente lo que es la alta velocidad. Como estoy también en contacto permanentemente con la presidenta del PP de Navarra Ana Beltrán. Presiones, las que ha recibido Geroa Bai.
¿Cuándo tuvo constancia de que el Gobierno de Navarra no iba a responder la propuesta de convenio del TAV? Porque el Ejecutivo mantiene que la decisión del Ministerio no está justificada.
Hemos cumplido escrupulosamente todos nuestros acuerdos y compromisos y nadie en el Ejecutivo navarro puede decir lo contrario. El 10 de septiembre, cuando finaliza el plazo acordado, tratamos de ponernos en contacto con el Gobierno, finalmente lo conseguimos y no se nos traslada la respuesta al convenio propuesto. Más bien al contrario, se nos comunica que no se nos va a remitir. Paralelamente, se producen una serie de acontecimientos que nos dejan atónitos.
¿A qué se refiere?
Por un lado, la rueda de prensa en la que la portavoz (María Solana) asegura que no hay un convenio finalizado y se están haciendo modificaciones. En ese momento nosotros ya teníamos una comunicación del vicepresidente asegurando que existía ya un documento redactado. Por otro lado, vemos cómo se hace referencia al Convenio Económico, cuando en ningún caso ha existido una vinculación, más bien al contrario. Si en algún momento hubo alguna actitud favorable a que se pudiera llegar a algún acuerdo en el marco del Convenio Económico pero en concreto para la financiación del TAV, como sucede con el Cupo vasco, fue la promovida por el ministro Cristóbal Montoro.
¿Y qué ocurrió?
Que desde el primer momento se ha desligado una cuestión de otra. Ambas negociaciones no tienen nada que ver. Otra cosa es la forma en la que se hubiera podido financiar el TAV. Pero el Gobierno de Navarra fue quien no quiso que formara parte del proceso de negociación del Convenio Económico. En eso tengo que decir que las palabras del consejero navarro de Hacienda (Mikel Aranburu) se ajustan estrictamente a la verdad de los hechos. Por eso estábamos sorprendidos de que se utilizara como excusa.
El vicepresidente Ayerdi ¿vinculó ambas negociaciones, le dijo que hasta que no finalizara la negociación del Convenio Económico no iban a responder la propuesta del TAV, como dio a entender en declaraciones a los periodistas?
El vicepresidente me trasladó que no había finalizado la negociación del Convenio Económico, pero en ningún caso aseguró que estuviera en ese marco de negociación introducido el TAV.
Entonces, ¿qué explicación le da para no enviarle la propuesta?
El tema estaba cerrado desde el momento en que acordamos que esto debía estar antes del verano. Eso no se produjo y se nos trasladó que era porque tenían que limar las diferencias internas. Entonces pusimos esa fecha inaplazable del 10 de septiembre. El día 11 hay una reunión (del cuatripartito) con la presidenta de Navarra en la que se ve claramente que las diferencias son insalvables y que, por tanto, hay dos opciones: o alta velocidad para Navarra o se rompe el Gobierno o al menos no se aprueban los presupuestos de 2018. Está claro cuál fue la decisión del Gobierno. Había un compromiso de que mandara ese día la respuesta del convenio y decidió no hacerlo.
Pero Ayerdi, ¿fue contundente o le dio largas a dar esa respuesta?
El vicepresidente en la última de las conversaciones, en la que le trasladé que el Gobierno de España no podía estar esperando a que Bildu crea conveniente hacer la alta velocidad, dijo que no se iba a enviar el convenio.
¿Vio definitivamente que no había voluntad de negociar?
Yo he visto voluntad por parte del vicepresidente de poder salir adelante con una propuesta que sabe perfectamente que es buena para Navarra. Pero también es evidente y claro que estaba atrapado en un acuerdo político que no se lo iba nunca a permitir.
DAR O NO MARCHA ATRÁS
¿Hay algún margen para dar marcha atrás, o la decisión del Ministerio es inamovible?
La decisión de que Fomento acometa finalmente las obras la ha tomado el Gobierno de Navarra, no el Gobierno de España. Ha sido única y exclusivamente suya la decisión de no cumplir con los compromisos con nosotros y es la que conduce a esa situación.
Lo que se percibía en cambio en Navarra era que el Gobierno de Uxue Barkos se estaba enfrentando a sus socios en este tema.
Si el Gobierno se hubiera enfrentado a sus socios para defender a los navarros hubiésemos tenido firmado ese convenio en junio.
Me refiero a la posición que manifestaba en los últimos días.
En ningún caso. Si hubiera sido así, era tan sencillo como haber mandado la respuesta al convenio propuesto por el Ministerio el pasado lunes. O el martes.
Ustedes le han quitado un problema al cuatripartito, porque es más fácil manifestarse frente al Ministerio o la Delegación que frente al Gobierno de Navarra que ellos mismos sostienen.
Es habitual que se reivindique ante el Ministerio y estoy convencido de que eso sucederá. Ahora, con la decisión de asumir una responsabilidad y una competencia que en el fondo es nuestra, el Gobierno de España estará encima del cumplimiento de los plazos y de la ejecución de la obra. Pero nuestra voluntad es hacer las cosas en estrecha colaboración con el Gobierno de Navarra.
¿Qué sensación le queda de estos tres meses y medio desde que se reunió con Ayerdi para trasladarle la propuesta del TAV?
Sensación de tiempo perdido. Y la sensación de que hemos vivido una excepcionalidad, una gran anomalía, porque todas las Comunidades sin excepción están muy encima para que hagamos las cosas mejor en una semana que en un mes, mejor en un mes que en un año. Se nos insta de forma contundente a ejecutar las actuaciones con rapidez. Y aquí ha ocurrido todo lo contrario. Pero vuelvo a decir que estoy completamente convencido de que si hubiera sido por la voluntad del vicepresidente Ayerdi el convenio, con total seguridad, hubiera estado firmado en junio. No ha sido así, y nosotros no hemos tenido ninguna culpa en ello.
La decisión de que el Ministerio de Fomento asuma la gestión íntegra de las obras del TAV “la tomó el Gobierno de Navarra”, asegura el ministro Íñigo de la Serna Hernáiz. Cuenta que el vicepresidente Manu Ayerdi le comunicó que no iban a dar una resp
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