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Atentados en Manchester

Dos navarros en Manchester relatan cómo vivieron el atentado

Dos navarros que residen en Manchester, Laura Hernández, de 28 años, y Kepa Koldo Burusco, de 39 años, relatan cómo han vivido el peor atentado sufrido en la ciudad desde 1996

Un navarro víctima desde Manchester: “Vi cómo llegaban las ambulancias” efe

Laura Hernández Castillejo (Valtierra, 14 de noviembre de 1988) está más que acostumbrada a escuchar las sirenas del parque de bomberos que hay junto a su casa, en pleno centro histórico de Manchester, y apenas a cinco minutos andando del pabellón Manchester Arena. Aquí, el lunes por la noche se estaba celebrando un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande cuando un terrorista suicida del Isis se inmoló con una bomba. Hubo 22 muertos.


En ese momento, sobre las once de la noche, como otros tantos días, Laura Hernández veía la televisión en pijama. En apenas siete horas su despertador sonaría y esta vecina de Valtierra, graduada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) tendría que ir a trabajar al departamento de importación de Simplicity Creative Group, dedicada a la venta de ropa deportiva. Con las primeras sirenas, pensó que “era una salida más de tantas”. Nada extraño.


Pero el sonido incesante de sirenas hizo que se levantara de su sofá: “Me asomé por la ventana. Vi seis ambulancias a todo correr por la avenida que va hacia el estadio. Pensé que algo gordo estaba pasando pero no era muy consciente de qué”, relata. Después, llegó más ruido. Ruido de helicópteros, de coches y más coches de policías...


“Miraba por la ventana y veía a la gente que había ido al concierto con globos. Lo único que decían en Twitter era que había habido una explosión de algún altavoz. En ningún momento hablaban de muertos. También hablaban de alguna avalancha. Al meterme en algún medio de comunicación español sí que hablaban de fallecidos... Me metí en la cama preocupada”.


Lo primero que hizo Laura Hernández nada más levantarse ayer por la mañana fue conectarse a Internet: “Jamás hubiera imaginado algo así. Ha sido un shock”. Casi sin tiempo para reaccionar, se dirigió a su puesto de trabajo. El de ayer fue un día muy largo para esta vecina de Valtierra. Su teléfono no paró de sonar y de recibir decenas de mensajes de familiares y amigos. “Vivo en pleno centro de Manchester. Todos los que me conocen me han escrito para saber cómo estoy”.


Vivir sin miedo


Esas mismas ambulancias que vio Laura Hernández desde el alféizar de su ventana, las vio unos minutos después Kepa Koldo Burusco Goñi (Pamplona, 9 de enero 1978) desde la ventana del autobús en el que regresaba a su casa desde la Universidad de Manchester. Kepa Koldo Burusco, investigador químico en este centro académico, y cuyo trabajo sirve para crear nuevos fármacos, no le dio demasiada importancia al hecho.


“En un principio no les di demasiada importancia. Sí que me llamó la atención su número. Me enteré de lo que estaba pasando cuando llegué a casa y encendí la televisión. Las televisiones ofrecieron una programación especial que se prolongó hasta altas horas de la madrugada”, relataba ayer al otro lado del teléfono este investigador, que explicaba que el centro de la ciudad estaba completamente tomado por la policía. “Vivo a las afueras, a aproximadamente unos dos kilómetros del centro. He podido trabajar con normalidad, pero muchos compañeros comentaban que moverse por el centro era muy complicado porque habían cerrado la estación de tren, los centros comerciales...”.


El de ayer fue el atentado más grave que ha sufrido Manchester desde los tiempos del Ira. En 1996 una bomba atribuida a este grupo causó destrozos valorados en cerca de mil millones de libras.No hubo muertos, aunque sí dos centenares de heridos.


“Manchester es una ciudad relativamente grande. A veces, entre los amigos, comentamos la posibilidad de sufrir un ataque. Existe una gran población musulmana. Pero algo así no te lo esperas jamás. Sí que hablamos de que Manchester tiene uno de los centros comerciales más grandes de toda Europa. A veces, estabas ahí, y te daba respeto que pudiera pasar algo”.


Laura Hernández señala que ella no tiene miedo ante el ataque terrorista que le ha tocado sufrir a apenas un centenar de metros de su casa. “A medida que ha ido pasando el día nos hemos ido enterando de las historias de las víctimas. Entre ella estaba la sobrina de mi encargado. No tengo miedo, pero sí respeto. La vida tiene que seguir, lo que tenga que pasar, pasará”.

Laura Hernández Castillejo (Valtierra, 14 de noviembre de 1988) está más que acostumbrada a escuchar las sirenas del parque de bomberos que hay junto a su casa, en pleno centro histórico de Manchester, y apenas a cinco minutos andando del pabellón Ma

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