Un 22 de Elordi-Zabaleta con dos caras diferentes

Hay victorias rotundas, ajustadas, claras... o con dos caras. Como la que lograron ayer Elordi-Zabaleta, que sumaron su noveno punto en el Labrit tras imponerse 22-18 a Peio Etxeberria-Rezusta. Hicieron una primera parte eléctrica, formidable. Pero a continuación fueron ellos mismos los que casi se meten en un lío, al alimentar la remontada azul con sus propios errores. Con pie y medio en semifinales, tienen cuatro partidos delante para pulir errores.

Había interés en el Labrit por ver a José Javier Zabaleta en la Bombonera por primera vez en este Parejas. También por testar la recuperación de la zurda de Elordi tras permanecer una semana en el dique seco. Los colorados firmaron un comienzo de partido primoroso.

Elordi-Zabaleta mostraron su mejor cara del inicio hasta el 19-10. Volvieron a demostrar que, cuando son una máquina bien engrasada, son imposibles de abordar. Salió a pasear la derecha de Zabaleta que, con un material más fuerte a semanas anteriores, obligó a Rezusta a vivir del cuadro siete hacia atrás.

Adelante le acompañó un Aitor Elordi que ha regresado con chispa y frescura. Cuando debió hacerlo castigó de derecha a Rezusta, y adelante siguió exhibiendo la letalidad de los últimos meses. Todo lo que pasaba por delante de su zurda se convertía en tanto. Firmó un par de ganchos tremendos, también supo esconder y acariciar la pelota al txoko.

Rezusta bastante tuvo con aguantar el chaparrón al que le sometieron los rojos y a fe que lo hizo. Peio Etxeberria le puso trabajo e intensidad, pero le costó un mundo hacer tanto. El 2-1 fue un gancho espectacular, y no volvió a anotar hasta el zurdazo al ancho que supuso el 18-10.

ERRORES EN ATAQUE

Pero tardaron en llegar a 22 los colorados. Sus propios errores dieron oxígeno a Etxeberria-Rezusta. Decía Elordi que tendrán que examinar qué es lo que les pasó en la segunda parte del partido: relajación, desacierto... Del 16-4 hasta el final el vizcaíno cometió una falta y tiró cinco pelotas, dos de ellas se fueron a la chapa. Zabaleta marró tres pelotas de derecha.

Quizá nunca pensaron que podían perder el punto, pero el toque de atención se lo llevaron.