Mal Osasuna, peor arbitraje
Un equipo desconocido cae sin tirar a puerta en una noche esperpéntica de Iglesias Villanueva
- Fernando Ciordia
Qué sería del fútbol sin errores. Siempre los hay, por supuesto, aunque no tan llamativos como los de este sábado en Mestalla. Fue la noche de los despropósitos, una de las peores de la temporada. A Osasuna le vino grande todo. Reflejo de su carencia de ambición, se marchó sin lanzar a portería y sin generar ni una sola ocasión de gol. Reflejo de su carencia de fiabilidad, se descosió con imprecisiones de futbolistas capitales en su esquema que elevaron el nivel de preocupación. Fue una sensación extraña por no estar a la altura de un Valencia en estado de pánico. Dentro de ese cúmulo de tropiezos, el único que mantuvo la soga tensa fue Sergio Herrera, autor de tres sobresalientes paradas, incluido un lanzamiento de penalti que daba una vida extra al final que se desaprovechó.
En el partido de los fallos, no podían faltar los tan graves de Iglesias Villanueva, que enseñó dos tarjetas rojas que tuvo que corregir. En una semana de debate arbitral, el meta de Osasuna y Aimar Oroz eran expulsados, uno en cada periodo. El VAR enmendó sus pifias de decisiones ya tomadas. Las jugadas eran clarísimas. Calibrar el criterio de las amarillas ya era cuestión subjetiva. El gallego soñaría con la pantalla de las acciones repetidas, pues tuvo que ir una tercera vez para decretar que Darko había cometido un derribo en el área. Mal Osasuna, peor el árbitro y bien un Valencia que con poco encontró mucho.
DEMASIADO FRÍOS
A Osasuna le costó tomarle la temperatura al partido. Contaba con esa baza del factor emocional que pudiera influir en un Valencia que vive unos tiempos tormentosos, pero no pudo sacarle jugo. Los rojillos no emitieron señales en el área de Mamardashvili. Tuvieron la posesión solamente en algunas fases aisladas y sin la profundidad deseada para dar algún susto. Los chispazos iniciales de Abde por el costado izquierdo en su duelo con Foulquier retrataron a un Osasuna de impulsos, frío y desangelado que tuvo que sufrir para no irse al descanso en desventaja.
Iglesias Villanueva se unía a la fiesta de los errores al señalar que Sergio Herrera, de vuelta este sábado al once, debía ser expulsado. David García arrastraba una amarilla desde el minuto 3 y en esa acción, en el 20, dejó descubierta la espalda en un desajuste poco frecuente en él. Hugo Duro se llevó el balón por campo por delante y Herrera salió para jugarse el tipo. Fue al límite. Siendo valiente, pudo rebañar con el pie el avance del atacante en una maniobra efectiva. No era mano para nada. El VAR hizo al colegiado dar marcha atrás. Al verlo en el monitor, no había por donde coger esa decisión que pudo condicionar el choque.
Mientras Osasuna no podía amenazar ni rematar, el Valencia había hecho daño en dos saques de esquina, al inicio y al final de este periodo. Diakhaby y Genk, las torres de Baraja, cabecearon en cómoda posición fuera. Los rojillos no cerraban nada bien.
Moncayola padecía en sus carnes las acometidas de Kluivert al espacio, asociado con las incorporaciones de Gayà. Torró se unía al festival de fallos con pérdidas de balón en zonas comprometidas, una de las cuales a la media hora desembocó en un robo de Hugo Duro que disfrutó de la mejor ocasión de esta primera parte. Tras librar a Aridane, vio cómo la figura de Herrera se iba agigantando cuando salió a tapar el hueco con el cuerpo y salvar el 1-0. Paradón en un otro arrebato de valentía que mantenía en pie a Osasuna, metido en dificultades para elaborar fútbol por dentro o para enganchar con Kike García.
Por el desborde de Abde pasaban las esperanzas. Un disparo tras un eslalon pegó en la defensa local cuando podía haber acabado en algo importante. El marroquí y el Chimy se buscaban con cambios de banda. Arrasate les ordenó que se cambiaran de banda antes del descanso. Había que salir de las tinieblas. Moi Gómez no tenía el control. Estaba muy retrasado cuando entraba en contacto con el balón.
MUY POCO MÁS
Mejoró algo Osasuna una vez cumplido el intermedio. Salió el equipo plantado más arriba, no tan a merced. El Valencia no había hecho nada del otro mundo. Viviendo entre costuras no procede nada más que empujar y ser fiable atrás, la partida que le estaba ganando a los navarros.
El duelo se estaba abriendo. Pablo Ibáñez llegaba a todas partes. Se notaba a un rival atenazado por momentos, pero temible por las individualidades que dispone. Kluivert quería encender Mestalla. Arrasate retiraba del campo al Chimy, con tarjeta, para adelantar la posición de Moncayola y dar entrada a Nacho Vidal, de vuelta al verde dos meses y medio después.
El partido se calentaba. El Valencia protestaba un penalti de Torró a Lino que pareció. Darko y Budimir se subían al tren desde el banquillo. A Osasuna le tocó pagar el precio de su vertiente conservadora. En la noche de los fallos, David García entregó un pase mal a Torró en el inicio de la construcción. Resbaló el alicantino, reflejo de este equipo en Mestalla, y el regalo terminó por costar el primer gol. Kluivert definió a la perfección el remate tras recibir de Lino, el otro puñal con el que contaba el Valencia. Sin hacer nada, el equipo de Baraja había hecho mucho más que el de Arrasate, impreciso y sin plan de ataque que ejecutar.
Tampoco hubo reacción cuando el marcador daba la espalda. Los hombres de refresco, nada de nada. Herrera salvaba la sentencia con un vuelo a cabezazo de Lino, que aprovechaba las lagunas de una frágil defensa rojilla.
El final fue de locos. Aimar Oroz vio una roja por una entrada a Gayà que Iglesias Villanueva convirtió en amarilla tras ir al VAR. Seguía con trabajo el colegiado, que de nuevo acudía al monitor cuando le indicaron que Darko había derribado a Thierry. Lanzó Hugo Duro y Herrera sacó su ángel para despejar con el pie y mantener ese hilo de esperanza que no se tradujo en nada.
OSASUNA: Sergio Herrera; Moncayola (Aimar, m.78), Aridane, David García, Juan Cruz; Torró (Kike Barja, m.73), Ibáñez (Darko, m.73), Moi Gómez; Abde, Kike García (Budimir, m.73) y Chimy Ávila (Vidal, m.66)
GOL: 1-0, m.74: Kluivert.
ÁRBITRO: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Hugo Duro y Gayà, por parte de los locales y a David García, Cruz, Chimy Ávila, Torró y Aimar por parte de los visitantes
INCIDENCIAS: Mestalla ante 37.762 espectadores.
Cambios en el once en todas las líneas
Respecto a la última alineación contra el Celta, Arrasate rotó en la portería (Herrera), defensa (Juan Cruz), centro del campo (Ibáñez) y delantera (Kike García).
Un Osasuna que no estuvo a la altura
Fue una de las peores imágenes de la temporada. Nula producción ofensiva y errores en defensa que este equipo no suele cometer. Osasuna no rindió al nivel que se esperaba. En ataque tan solo hubo un acción de desborde de Abde en la primera mitad que acabó con un disparo en la defensa.
Sergio Herrera se salva de la quema
Tres paradas de sobresaliente. A Hugo Duro en una gran salida, a Lino tras un cabezazo y de nuevo a Hugo Duro desde el punto de penalti. Más no pudo hacer para mantener a su equipo con vida en el marcador.
El disparate de Iglesias Villanueva
Es difícil entender lo que pasó. Eran decisiones que Iglesias Villanueva ya había tomado. Roja a Sergio Herrera en la primera parte y roja a Aimar Oroz en la segunda. El VAR le desdijo. También fue protestado el penalti que señaló, tras verlo en la pantalla igualmente.
Fallos que no se suelen ver
Jugadores de la fiabilidad de David García y Lucas Torró no tuvieron ayer su noche en Mestalla. Midieron mal en varias jugadas y perdieron balones en zonas de demasiado riesgo. No fue su noche. Toca aprender.
El Valencia, sin alardes, muerde
El equipo de Baraja demostró más pasión que Osasuna. Estaba atenazado porque su situación no es agradable, pero sus jugadores demostraron más amor propio. Kluivert fue su mejor arma en la banda. El Valencia fue mejor en los dos periodos. No se demostró la diferencia en la tabla.
Qué sería del fútbol sin errores. Siempre los hay, por supuesto, aunque no tan llamativos como los de este sábado en Mestalla. Fue la noche de los despropósitos, una de las peores de la temporada. A Osasuna le vino grande todo. Reflejo de su carencia
Diario de Navarra
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