Abde, el artista que marca la diferencia
Vuelve a ser el héroe con una brillante jugada en velocidad
- Gorka Fiuza
El pase filtrado de Moi Gómez hacia Abde camino del minuto 47 dibujaba el primer paso hacia la final. El marroquí se encargó del resto. Hizo lo que mejor sabe: el arte de encarar. Destrozó a Dani Vivian con su cambio de ritmo y armó un disparo cruzado con s zurda para desatacar la locura rojilla.
Abde volvió a ser decisivo. Fue el héroe contra el Sevilla marcando el gol de la victoria en la prórroga, también dio el triunfo el domingo en el Sánchez Pizjuán y ayer desequilibró la balanza en un partido muy igualado. La genialidad valió oro.
El internacional marroquí fue un quebradero de cabeza para el Athletic de principio a fin. Protagonizó el único acercamiento peligroso de la primera parte con un disparo que salió rechazado.
Y eso que Valverde montó un entramado muy estudiado para taparle con constantes ayudas a De Marcos. Berenguer no parró de correr hacia atrás y Dani García tuvo que barrer ese costado por el que flotaba el habilidoso futbolista. Tuvo chispazos en la primera parte, pero guardó para la segunda una jugada histórica.
ENGAÑO Y CAMBIO DE RITMO
Osasuna trazó una acción vertiginosa de derecha a izquierda. Cogió la espalda a su rival. Superó todas las líneas de presión. Abde necesitó tres toques. El primero ralentizó los tiempos. Jugó con el cuerpo y las piernas sin tocar la pelota para medirse con Vivian. Forma parte de su repertorio más clásico. El defensa cayó en el engaño. Metió la pierna para robar el balón y en ese momento tocó el esférico hacia adelante para marcharse como un rayo. Le había regateado. Quedaba el toque definitivo.
En carrera, conectó un zurdazo cruzado. Potente y colocado. Agirrezabala rozó la pelota, pero sin éxito. Abde había hecho su truco de magia una vez más para felicidad de El Sadar.
Se marchó hacia el córner y abrió las brazos mirando a un público entregado ante la maravilla que acababa de presenciar. Osasuna se ponía por delante. Abde había hecho de las suyas.
Tercer gol con la camiseta roja, todos determinantes y con un parecido razonable. El jugador cedido por el Barcelona escribió su nombre en la historia. Valverde retiró a De Marcos e introdujo a Lekue para intentar atar más en corto la revolución Abde.
Minutos después mostró ese descaro para intentar un caño imposible ante Nico Williams que no salió bien. Puro Abde pegado a la cal.
ÍDOLO
El Sadar despidió por todo lo alto al genio. “¡Abde, Abde!”, sonó con fuerza al ser sustituido por Kike Barja. Sus goles y esa forma de jugar tan desenfadada y divertida se han ganado el cariño de la afición. El ‘12’ devolvió la ovación con cariño. Fue el encargado de asestar el primer golpe rumbo a una final que no podría jugar si es contra el Barça al existir la cláusula del miedo.
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