Chimy Ávila vuelve a marcar 635 días después
- Gorka Fiuza
Como si el tiempo no hubiera pasado, apareció el terremoto Chimy Ávila para poner el partido patas arriba en La Cerámica. Gol, victoria y celebración sin camiseta para desatar la furia. Una lesión de ligamento cruzado en enero de 2020, justo antes de visitar al Villarreal, frenó en seco su despegue. Osasuna se acostumbró a vivir sin él. Llegó el segundo revés en la otra rodilla. Este domingo marcó en ese estadio. Caprichos del destino.
635 días después volvió a dejar su sello en la portería rival en partido oficial. No lo hacía desde el 21 de enero de 2020 ante el Recreativo de Huelva en la Copa del Rey. En Liga, el 5 de enero del año pasado anotó en Vigo. Un camino tortuoso, lleno de dificultades y pocas alegrías. La de ayer cayó a plomo para felicidad del osasunismo. Un Chimy relegado al banquillo. Esta vez, salió por la puerta grande.
Todo sucedió en el minuto 87. El Chimy había entrado por Kike García, lesionado en el tobillo. Una cesión de Mandi hacia atrás encontró al argentino. Un regalo que no quiso desaprovechar. Gerard Moreno se echaba las manos a la cabeza. Era un mano a mano, un caramelo para un atacante. Resolvió con sangre fría. Armó la pierna izquierda y superó con facilidad a Rulli. Balón a la red con un tiro suave y certero. Llegó la locura al tumbar al Villarreal, que no había perdido hasta ahora. El tanto vino acompañado por una tarjeta amarilla por quitarse la elástica, pero daba igual. El Chimy señaló al fondo donde estaba la afición de Osasuna.
DEDICATORIA ESPECIAL
El protagonista de mostró con una amplia sonrisa tras el encuentro mientras la marea rojilla festejaba de fondo la victoria. “Estoy contento por el triunfo y por marcar de nuevo después de tanto tiempo fuera de los campos. Hace sentir la vuelta al comandante. Se juntan muchas emociones. Se pasan momentos por la cabeza. Tengo palabras de agradecimiento para la gente que confió en mí. Con aciertos y errores nunca me defraudaron”, apuntó el de Rosario en declaraciones a Movistar.
Además quiso tener un recuerdo para “los osasunistas que ya no están por la pandemia y para seres queridos que ya no están”, además de sus “hermanas, madre y mujer” porque se celebraba el Día de la Mujer en Argentina.
“Esto me hace más fuerte, agradezco a la gente de Pamplona que nos apoya cada día. Se hace notar el trabajo del equipo. Todos corremos por igual y nos sacrificamos”, señaló. “Vamos paso a paso saltando obstáculos”, contestó sobre las aspiraciones de Osasuna.
EL ABRAZO DE JAGOBA
Las cámaras apuntaban al Chimy Ávila después del partido. Había puesto la firma al triunfo. Inmediatamente apareció la figura de Arrasate abalanzándose sobre él. Abrazo efusivo. El delantero había estado en el foco por los cánticos de un sector de Graderío Sur pidiendo su marcha. Seis minutos después de aparecer en el campo volvió a ser ese jugador diferencial.
El Chimy abrió la lata del gol en la jornada 9. Venía de anotar en el amistoso contra el Alavés. Dosis de moral y puntos para Osasuna.
Ya en el vestuario recibió las felicitaciones de sus compañeros uno a uno. Se abrazó con todos ellos. Significó mucho más que un gol.
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