Marketing y mérito
Cuarto triunfo de Osasuna a domicilio y el equipo sigue imparable
- Fran Pérez
¿Os suena lo de unos cardan la lana y otros se llevan la fama? Pues esa práctica está excesivamente extendida en nuestros días, para desgracia del colectivo humano. Hay gente que se postula, que se vende bien, que se perfila como si fuesen sandioses en lo suyo, expertos como nadie y entendidos a lo doctor Liendres, que de nada sabe y de todo entiende. Gente que basa su triste y anodina vida en el marketing, en esa mercadotecnia de venderse como el mejor. El problema no es que lo hagan, el problema es que les compren. Es el premio a la medianía.
En el extremo opuesto estamos los currelas, los trasquiladores, los que se calzan las botas katiuskas y van al barro, a agarrar a esa oveja lacha, merina o churra. Los trabajadores tan necesarios para que los primeros se puedan vender y llevarse mieles y honores. Los que se levantan a las cuatro de la mañana para dar el callo, para poner en marcha un país del que sobran los primeros pero, como aquí nació Miguel de Cervantes, los Quijotes campan por la ancha Castilla y el resto de comunidades.
Hablamos de Villarreal y de Osasuna. Es el ejemplo de cada uno de los dos postulados que podemos encontrar en el día a día. Ojo, ni mucho menos estoy desprestigiando al equipo castellonense. Y me explico. La cosita viene porque cuando se van a enfrentar ambos equipos, como cuando los rojillos van al Cuernabéu o al Camp Nou, siempre parten de víctimas los navarros y se espera que casquen como felipones. Aquello de los favoritos, ricos y pobres, etc...
El marketing del Villarreal se basa en su plantilla. Y no es moco de pavo la nómina de futbolistas que tienen los de Unai Emery. Gerard Moreno, Pau Torres y Yeremy Pino, tres internacionales con España. Pero a los que acompañan gente como Parejo, Trigueros, Mandi, Pedraza, Danjuma, Paco Alcácer, Estupiñán, Rulli... ¿Sigo? Pues así sustantivamente, que diría el otro. No hace falta mucho marketing para vender a un equipo así, a un equipo que no conoce la derrota en LaLiga...
¿No la conoce? Perdón. No la conocía. Y es que pese a que sobre el papel los amarillos fuesen favoritos contra los de Jagoba, en esto del fútbol el once contra once está para algo. Y otra vez el técnico dio una muestra de saber de fútbol más que muchos, se marcó un Luis Enrique cuando saltó a La Cerámica con defensa de cinco. ¿De cinco? Va, Jagoba, que te cuelas...
Vaya si se cuela. Entre los equipos sorprendentes y revelación de la competición, que ya suma 17 puntos y vemos el descenso tan lejano como las vacaciones de verano. Defensa de cinco, con los Garcías y Cruz en el centro, Manu y Nacho a las alas. La terna sempiterna de Torró, Moncayola y Brasanac. Con Rubén y Kike para completar la Garcipandilla y esperar dar la campanada. Unos no habían perdido, los locales. Otros lo habían ganado todo a domicilio, los visitantes.
Osasuna cardó la lana a la perfección. Dos ocasiones, dos goles. Y supermeta llamado Sergio, una defensa segura, pese al chicharrazo de Gerard Moreno. Podría haber cubierto el espacio mejor Juan Cruz, pero es que no hay excusas para el 1-1. Perazo en toda regla. Pero salió el Chimy, quien ya sabe qué es marcar al submarino, soltarles un torpedo en la línea de flotación y hundirlos. Y lo volvió a hacer.
Oiga, es que la asistencia del 1-2 es de Mandi. Vale, pues que le sumen puntos en el Comunio, el Biwenger y demás. Pero hay que pelearla, hay que seguirla con fe. Hay que currar, currar y currar, que decía el bueno de Luis Aragonés. Porque el trabajo y el esfuerzo dan premio. Por lo menos en esto del fútbol. Ya en la vida diaria como que no, se premia la mediocridad, aunque ese es otro tema...
Adiós al marketing, hola al esfuerzo premiado, al mérito de la humildad y el saber hacer las cosas bien, sin vanagloriarse en exceso, sin darse aires, sin venderse. El trabajo se paga y, pese a que queda muy lejos el final, ahí van los rojillos. Casi una cuarta parte de competición jugada, 17 puntos de 27 posibles, ahora llega a Pamplona el Granada antes de una serie de choques contra equipos que andan disputando por Europa.
Contentos, felices, satisfechos. Como un niño con camiseta nueva, que el Chimy se ha ganado el derecho a ponerse la que le brote. Porque lo que cada uno de los futbolistas haga con y en su vida es cosa suya, siempre que rindan donde lo tienen que hacer. Una victoria de trabajo, un triunfo con dedicatoria especial a Juan Carlos Unzué. Él que fue, es y será tan rojillo como lo somos la masa osasunista. Enhorabuena, rojillos...
¡Hasta la muerte, Forofillo hasta la muerte!
¿Os suena lo de unos cardan la lana y otros se llevan la fama? Pues esa práctica está excesivamente extendida en nuestros días, para desgracia del colectivo humano. Hay gente que se postula, que se vende bien, que se perfila como si fuesen sandioses
Diario de Navarra
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