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Entrevista

Braulio Vázquez: “Tenemos una plantilla para que la afición vibre”

Afronta su quinta temporada como director deportivo de Osasuna. En plena vorágine del mercado de fichajes analiza los movimientos del club y relata aspectos de su vida personal

El director deportivo Braulio Vázquez posa junto a los campos de Tajonar en el acceso a las instalaciones rojillas

Mercado de fichajes, su agenda vive días de intensidad. Braulio Vázquez hace un paréntesis para echar la vista atrás y al futuro antes de su quinta temporada como director deportivo de Osasuna. Una charla de fútbol y vida. De trabajo, pero también de amigos y familia. Muchas preguntas sobre la mesa. Entradas, salidas, gestión de vestuario, aciertos, errores y futuro. En un año termina su contrato. Se siente valorado en El Sadar. Ha encontrado un segundo hogar mientras su familia vive en Valencia. Casi una hora de conversación con Braulio.

Viene diciendo que la plantilla está cerrada al 99%. ¿Satisfecho?

Sí, aunque me da vértigo decir eso con mes y medio de mercado. Hay situaciones que pueden cambiar la configuración de la plantilla. Hemos cubierto puestos que consideramos necesarios y hemos introducido herramientas para Arrasate. Ha habido salidas y habrá más.

¿La da por sellada por obligación económica o por convicción?

Creo que tenemos una gran plantilla. Luego hay cosas que no controlas. El año pasado tuvimos diez bajas y jugaron cuatro porteros. Torró, Aridane y Budimir faltaron. Nos pasó de todo. Cuando Jagoba dio con la tecla y estuvo toda la plantilla salimos adelante. Había fondo de armario.

¿Tiene temor a que se marchen jugadores importantes?

Seguro que nos vamos a encontrar alguna situación. Falta mucho. Los equipos tienen sus listas y algún futbolista si no es el primero estará detrás, sin duda.

¿Se exigirá la cláusula?

Es lo que me marca el presidente y así es. Si no hubiésemos vendido este verano y no lo hemos hecho.

Si tuviese margen salarial, ¿qué ficharía?

Todo es mejorable. Pero considero que tenemos una plantilla para estar muy contentos. Aunque tengo el miedo de que con esta misma plantilla, con Budimir, Moncayola, David o Aridane, estuvimos en descenso. Estuvimos 13 partidos sin ganar. No se me olvida.

¿Este curso firma quedar un puesto por encima del descenso?

Sí porque hay que hacer los 40 puntos primero. Sumamos 28 en la segunda vuelta, que es tremendo. Firmo ganar al Espanyol en la primera jornada y luego que la gente disfrute y vuelva a El Sadar. Nos hacen más fuertes. Se ve ilusión, lo comprobamos en Ribaforada. La gente quiere verlo y yo compartir eso. Y no escuchar en un partido solo mis gritos y los de Cata. Es muy triste (ríe).

Se han pagado 8 millones por Budimir, una operación histórica.

Cuando Jagoba habla de intentar crecer como club eso supone mantener a tu talento. Lo hemos hecho, aparte de intentar traer jugadores diferenciales. Budimir lo es. Establecimos los parámetros económicos y el jugador quería quedarse. Poder contar con Kike García, Budimir y Chimy en punta creo que en el nivel de la Liga tenemos una delantera espectacular, sinceramente.

¿Cuál es el objetivo?

Primero mantenerse. Estar varios años te asienta, pero en el momento que crees que estás en Primera te das el batacazo. Creo que la humildad es la base de nuestro equipo. Por mucho que mande un mensaje ambicioso te marca el verde.

Empieza su quinta temporada en Osasuna.

Tenía más pelo antes. Vi una foto el otro día. ¡Y estaba más delgado! Me siento orgulloso. Aquí tengo amigos y he disfrutado cosas que van más allá de lo deportivo. Aquí volveré cuando ya no esté. Estoy encantado en Pamplona, siento que es parte de mí y tengo amistades que llevan Osasuna muy dentro.

¿Braulio ha cambiado en algo? ¿Se ha adaptado?

Conozco más Osasuna que cuando llegue, es evidente. A lo mejor la forma de ser de Jagoba me ayuda. Tenemos puntos de vistas muy diferentes pero buscamos el bien del equipo. Jagoba es amigo mío, lo puedo decir bien alto. Discutimos en muchos temas, es normal y genera un bien común. Nos complementamos.

¿En qué?

A nivel social también me da su opinión. Hablamos de fichajes que pueden venir y lo que pueden aportar, yo le digo situaciones de jugadores de la plantilla. Para los entrenadores, no solo Jagoba, son buenos jugadores los tuyos y los que han hecho buen partido contra ti. Para eso está la dirección deportiva por ejemplo.

El club también ha evolucionado.

Hemos crecido mucho. Vinimos en 2017 tras un año durísimo en Primera. Ese es el germen. Luego hubo un cambio generacional. Hicimos un 60% con Diego Martínez. Él nos ayudó a profesionalizar el club, lo sigo pensando. El cambio definitivo vino con Jagoba en la estructura de la plantilla. Fichamos jugadores que nos han dado un rendimiento brutal. Ahora tenemos un campo extraordinario y yo palpo una gran ilusión en la afición. Ven que sus mayores activos de casa no se van. Tengo que decir que no a jugadores muy importantes porque no tienen cabida.

Ensalzó el vestuario que tuvo Osasuna en el ascenso. ¿Cómo lo ve ahora?

Es imposible repetir el vestuario que teníamos en Segunda, es idílico. Recuerdo a Xisco sin jugar y era de los más queridos. Nunca tendré un vestuario así, eso es irreal. Pero conforme vas subiendo de nivel los egos son más difíciles y Arrasate lleva un tiempo. Como dijo Guardiola, o cambias al entrenador o a los jugadores. Nosotros hemos cambiado poco y el entrenador sigue siendo el mismo. Es un reto. Los jugadores y Jagoba se conocen, hay que intentar que no decaiga el rendimiento.

¿Qué papel debe tener la cantera?

Por ejemplo hemos cedido a Herrando al Logroñés y me parece un paso perfecto. Aquí ha cubierto un ciclo en el filial. Javi Martínez no era titular en Tercera, Monca venía del Iruña, Barja está asentado, Juan en el primer equipo, Areso lo hemos recuperado, Unai y David han hecho camino… Hay chicos del filial haciendo la pretemporada. Cuando llegué, ese Promesas ganó tres partidos en Segunda B.

¿Cómo se imagina a Osasuna a medio plazo?

Lo primero, veo El Sadar lleno. Tenemos un equipo, una plantilla, para que la gente vibre con nosotros. Estos dos últimos años hemos pasado todo. Quizá aprendimos más estando últimos que quedando décimos. Es una irrealidad lo que estamos viviendo. Esos dos o tres meses en el barro sirvieron mucho.

¿Qué se ha aprendido?

Hemos hecho autocrítica. El propio Jagoba ha sabido buscar soluciones. He aprendido que debes confiar en tu trabajo y demostrarlo como lo hicimos. Un apoyo total a Jagoba. Se lo dije también en privado. Entré a su despacho y le dije: “No te vas a ir. Si descendemos nos iremos todos juntos a Segunda”.

¿Qué le respondió?

Sobre todo me llamó la atención la reacción de Bittor (Alkiza), le cuesta emocionarse y se emocionó mucho. Parece un hombre de hielo (bromea). Fue muy emotivo lo que me dijo Bittor y no lo olvido.

¿Qué piensa al echar la vista atrás en su gestión?

Me quedo con que la gente se siente identificada con este equipo. Con errores y aciertos. Es imposible no equivocarse. Hay que ver los contextos y las situaciones de por qué hacemos determinados fichajes. A la gente se le escapan informaciones. Aun sabiendo que ese jugador no tiene el nivel que toca, debes traerlo porque es el contexto el que te reclama hacerlo. Si el barco llega a puerto hay que asumir determinados peajes que te han hecho superar esa adversidad aunque sepas que en el futuro no te vayan a dar el nivel.

¿Por ejemplo?

No voy a decir nombres, pero sí quiero que se entienda que no se hacen fichajes por lo que se te ocurre una mañana. Hay fichajes de estabilidad, de rendimiento y que te hacen competir bien ese año. Y sabes que al año siguiente lo tendrán difícil. Hay que mantener una gestión de grupo y el equilibrio de los salarios de los jugadores. Creo que soy demasiado generoso en general con ellos. Y me causa problemas. A nivel económico trato de ser justo con ellos y después siempre quieren más. Tenemos que gestionar 25 jugadores. Y no les puedo estar explicando todo. Injusticias hay, seguro.

¿Se arrepiente de alguna decisión tomada?

Seguro que ha habido errores. La experiencia es un grado. Soy mejor director deportivo que cuando empecé en Valencia hace diez años o que cuando empecé aquí. Pero muchas veces debes tomar decisiones que no son populares porque a la gente le falta información. Sí tengo claro que las decisiones populares me han salido mal siempre. Esas duelen. Si no estoy convencido me equivoco dos veces. Las fáciles no son las mejores.

Cardona pone rumbo a Holanda. ¿Enric Gallego y Saverio saldrán de Osasuna?

Enric Gallego tuvo una oferta espectacular de un equipo cercano (el Eibar) y dijo que no. Aquí ya sabe que no va a tener sitio. Saverio es diferente por su ficha. Puede irse a Primera RFEF y fuera. Si no convence nada puede estar en el filial. Por salario nos cuadra y puede ayudarnos. Tiene talento de sobra.

Y usted acaba contrato el año que viene.

En junio, sí.

¿Qué renovación se ofrecería?

No sé. Lo que sé es que el presidente me conoce lo suficiente. Cuando vine era un melón por catar, ahora sabe lo que somos. Para bien y para mal. Tienen que decidirlo ellos.

¿Le gustaría seguir?

Estoy muy a gusto. Más que decirlo, lo estoy demostrando. He tenido la posibilidad de irme y no la utilicé para subir mi oferta. Algún presidente llamó a Luis (Sabalza). No voy de farol, no busco nada. Soy feliz en Osasuna y no sé si en otros clubes lo sería. Hay unas elecciones por delante, el presidente ya sabe nuestra forma de trabajar.

Jagoba también termina contrato.

Jagoba nació para entrenar a Osasuna. Y no lo digo solo por el Jagoba de los éxitos. No voy a olvidar lo que vivimos en la mala racha que tuvimos. El 1-1 contra el Alavés en fin de año sobre todo. Fue un desastre de Nochevieja. Lo pagué con mi familia. Jugamos con diez y les dimos un baño. Nos pitaron un penalti que era fuera. Ese día pensé que descendíamos porque más no podíamos hacer.

“Mi hijo no me escucha, el futbolista vive en un mundo irreal”

¿Es imposible separar lo profesional de lo personal?

Para mí, sí. Mi mujer sabe que si perdemos no tiene que llamarme. Ni mi madre. Es evidente. Nadie me llama. Apago el móvil y cuando acaba todo esperan mi llamada.

¿Y qué hace?

Como dice Unai, es día de mierda. Al día siguiente empezamos de cero. Pero en esa mala racha hubo muchos días así. Me iba a Gorraiz, pedía una pizza, como cuando te separas de la mujer. Apago el móvil y veo fútbol con Cata.

¿Siguen quedando los viernes para tomar una cerveza?

De eso se encarga Jagoba, Bittor o Amatriain. Vienen también Cata, Tiko, César Monasterio y Pelu. Es la cuadrilla de los viernes. Eso no pasa en otros clubes. Hasta cuando estábamos mal decíamos que había que tomar la cerveza porque nos daba suerte. Eso no pasa en otros sitios. Allí no hablamos de fútbol apenas.

¿De qué hablan?

De la vida, de la tele, de Belén Esteban (ríe). Es cierto. Decimos unas bromas tremendas y nos reímos. Es una hora de distracción.

¿Cómo es Braulio fuera de los despachos?

Voy a a la cafetería a desayunar todas las mañanas. Y lo hago encantado cuando hemos ganado. A las seis y media estoy ahí, Jagoba me dice que estoy loco.

¿Le cuesta dormir?

Me levanto enseguida, duermo poco. Gane o pierda. Tengo tanta adrenalina que no duermo.

¿Solo ese día?

Sobre todo después del partido. No duermo nada, un par de horas. Veo el partido repetido. Y después la siesta es brutal para recuperar.

¿Qué hábitos tiene?

Los jueves me voy de pintxos con Cata al centro. Intento hacer deporte pero a ritmo de bachata. Llevo un ritmo medio-bajo, pero me viene muy bien. En Gorraiz hay paisajes bonitos con el castillo. Ahora me tengo que ir porque he cambiado de piso y estoy en Lezkairu. Me queda más cerca la cerveza de los viernes.

¿El Braulio negociador y persona es el mismo?

En las negociaciones siempre intento que no me vacilen. Trato de ser justo. No aprovecharme de los demás ni que se aprovechen de nosotros. Creo que, como en la vida, las tres partes deben estar de acuerdo. Si una parte no está contenta no estás siendo justo. Con las renovaciones de los jugadores me pasa lo mismo. Tengo peleas con la Directiva porque defiendo esas condiciones para los jugadores. A veces los futbolistas se olvidan de eso. A Lillo le renovamos cuando no se sabía si podía jugar a fútbol, le estaban haciendo pruebas de esfuerzo. Te garantizo que en otro club no pasa. Los jugadores se hablan entre ellos.

¿A qué se refiere?

Hay futbolistas que tienen partidos por jugar en su contrato y los equipos no los ponen. Nosotros al contrario pese a tener el objetivo cumplido. Esas cosas hacen crecer al club aunque te perjudique a nivel económico. Tengo muchas guerras con eso.

Tiene a su familia en Valencia.

Hago muchos kilómetros porque las conexiones son horribles. Luego ellos vienen mucho aquí a Pamplona. A mi mujer (Ana) le encanta. El mayor (Jesús Vázquez, juega en el Valencia) ya va por libre, no puede venir nunca. Y en función de donde juguemos intento estar un día en Valencia porque necesito recargar pilas. Hago mil kilómetros de carretera pero necesito ver a mi hijo pequeño (Marco). Está muy metido en Osasuna. Me llama para preguntarme si pone o no a Moncayola en el Comunio (ríe).

Ha hablado del Braulio negociador. ¿Y el Braulio padre?

Adoro a mi familia. Pero a nivel deportivo, el mayor no entiende nada. Igual me llama Budimir para pedirme un consejo, él está escuchando, y le digo que él no me hace caso y Budimir sí. Fui un día a LaLiga a dar un curso. Le dije que la gente pagaba por ello y que él ni me escucha. Es complicado. Vive en un mundo irreal. Los futbolistas viven en un mundo irreal.

¿A usted le pasó como jugador?

Bueno, no ganaba cantidades importantes pero me saqué la carrera de los 30 a los 33 años. Iba hacia el mundo real. Los coches me dan igual. Pero cuando les veo con esos coches les meto un poco de caña porque se pueden permitir ese lujo. Por eso dije en la renovación la anécdota del coche que tenía Moncayola. Me gusta mucho la cultura del esfuerzo que hay en Osasuna y la sociedad navarra.

¿Entonces trabaja en un mundo irreal?

Totalmente. El fútbol es una burbuja irreal y lo sé. He vivido situaciones normales a nivel personal y familiar. No me dieron nada hecho. Me saqué la carrera con más de 30 años, estudié Educación Física. Cuando terminé de jugar tenía cuatro empleos. Gestionaba una tienda de fútbol, entrenaba dos equipos de niños, daba clases en un colegio y reunía unos 1.500 euros. Todo eso me sirve para valorar las cosas.

Jagoba también es profesor.

Sí, pero él es más pedagogo. Yo era más impulsivo, más cañero. Nos viene bien porque Jagoba es más paternal y yo más duro. Nos viene muy bien. Seguro que hay jugadores que están enfadados conmigo. Intento ser justo con ellos pero también muy duro. Prefiero ser el malo. Asumo que es mi trabajo.

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