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Liga francesa

María Díaz Cirauqui, acento funesino en Francia

María Díaz Cirauqui, futbolista navarra de 27 años con pasado rojillo, ‘txuriurdin’ y rojiblanco, completa su segunda temporada en la liga francesa. Dijon es su nuevo destino

María Díaz Cirauqui, en el último partido del Dijon ante el Paris FC cedida

Ha cambiado Saint Genevieve des Bois, una pequeña localidad cercana a París, por Dijon, al norte de Lyon. Pero sigue en Francia, un país que la acogió en 2021, tras una extensa trayectoria en el fútbol nacional. María Díaz Cirauqui, funesina de 27 años, militó la pasada temporada en el Fleury 91, tras dejar el Athletic, y este curso viste los colores de otro club de la D1 Arkema, la máxima categoría del fútbol francés. Ha dejado una lesión atrás y la situación deportiva es complicada (su equipo es noveno de doce), pero María, que también jugó tres años en Osasuna, es de las que siempre ve el vaso medio lleno y afirma estar en un “buen momento”. Y todo con un acento ribero que no quiere perder.

Es su segundo año en Francia. ¿Se ha acostumbrado al país?

El primero fue de adaptación, sobre todo por el idioma, porque partía de cero con el francés. Este segundo año estoy mejor con las compañeras, entiendo mejor el idioma, que es importante para la vida aquí. Tuve mala suerte porque me lesioné nada más llegar.

¿Qué le pasó?

Fue una rotura en el cuádriceps izquierdo. Fue larga y dura. Al principio, no sabían qué tenía. Después recaí y eso es complicado. Me ha tenido fuera del fútbol varios meses, hasta que por fin a la vuelta de Navidad, en enero, pude empezar a jugar y disfrutar, que es para lo que he venido. Ahora estoy en un buen momento.

¿Cómo se lleva estar lesionada cuando se está lejos de casa?

Se hace un poco difícil, al no saber realmente lo que tenía, después ser más de lo que esperaba, me tuve que ir a París para recuperarme. Por suerte, tengo varias amigas en París del Fleury del año pasado y ha sido más llevadero. Pero no tener a tu familia, a tus amigos, es difícil. Por suerte han estado conmigo en la distancia y me han ayudado, tanto mi familia, como los preparadores, mi representante, desde Barcelona los readaptadores, y eso lo hace un poco más llevadero.

¿Y ahora cómo se encuentra?

Ahora bien. En enero empecé a jugar y sigo haciéndolo. Tengo que coger el punto físico. Pero estoy bien, contenta. Espero que vaya todo para adelante.

¿En qué ha notado el cambio de equipo?

El Dijon le ha dado un empujón importante al club, no solo al masculino sino también al femenino. Pero los dos equipos estamos sufriendo y estamos en la parte de abajo. Nosotras estamos luchando por no descender, por mantenernos en la categoría. El año que viene esperemos que mejoren las cosas. En el Fleury había más nivel, muy buenas jugadoras, y el objetivo era estar arriba y meterse en Champions. Son objetivos diferentes y hay que adaptarse a ello.

El primer año, que no dominaba el idioma, lo palió con su soltura y desparpajo en el vestuario. ¿Haberse adaptado ya al país y al idioma le ayuda en estos momentos de dificultades deportivas?

Está claro. Saber el idioma es todo cuando te vas fuera de España. Sigo con las clases de francés, pero hay muchas compañeras que saben inglés y a veces hay tal popurrí que a veces no sabes en qué idioma contestar -risas-. Las compañeras siempre te ayudan. Puedo hablar en inglés, pero estamos en Francia y en lo que tenemos que hablar es en francés.

¿Le gusta Dijon?

Dijon es una ciudad tipo Pamplona, no es muy grande, pero tiene de todo. Es diferente de Fleury, que era más grande pero no tenía nada. Aquí tengo todo a 10 minutos andando. El ambiente es como me gusta a mí, como cuando estoy en Pamplona o en el pueblo, porque puedo estar con la gente, en los bares tomando algo... En ese sentido, me gusta más Dijon. También me escapo por los alrededores con el coche, para meterme en la cultura de ellos.

¿Qué lugares ha visitado?

Lyon está a hora y media, dos horas. Allí está Damaris, con la que jugué en el Athletic. También voy a París porque tengo a mis amigas, mi novio es francés y vive en el norte de Francia... En marzo vienen mis padres, tengo unas ganas enormes, y visitaré con ellos más cosas. Tengo pendiente ir a Suiza, que dicen que es muy bonito.

Como ex jugadora de Athletic y Osasuna, ¿qué le parece la eliminatoria de Copa de la Reina?

Yo siempre voy a ser de Osasuna y sería muy especial jugar ese partido, pero también tengo compañeras en el Athletic y les he dicho que gane el mejor. Es bueno para Osasuna jugar contra equipos de Primera. Ojalá veamos a Osasuna en Primera algún año.

¿Cree que Osasuna tiene opciones de pasar la eliminatoria?

Sí, sí, está claro. La Copa de la Reina es una competición diferente y es a un partido. Va a haber nervios, va a ser intenso y emocionante. Seguro que será bonito de ver.

¿Hasta cuándo tiene contrato?

Las chicas dependemos del futuro de los chicos, no van muy bien y esperemos que no desciendan. Si no descienden, tengo un año más, así que estamos en vilo porque no sabemos qué va a pasar.

¿Le gustaría seguir en Francia o le apetece volver a casa?

No sé. Vine en busca de nuevos retos a una liga potente. Ahora estoy bien, quiero aprender bien el idioma. Quiero cumplir el año que me queda y después ya se verá.

Ha cambiado Saint Genevieve des Bois, una pequeña localidad cercana a París, por Dijon, al norte de Lyon. Pero sigue en Francia, un país que la acogió en 2021, tras una extensa trayectoria en el fútbol nacional. María Díaz Cirauqui, funesina de 27 a

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