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La comunidad marroquí en Navarra celebra el pase a cuartos

Pamplona, Tudela, Marcilla o Castejón fueron algunas localidades donde los marroquíes afincados en Navarra salieron de sus casas para celebrar el pase de su selección. Con 16.542, es el país extranjero con más empadronados en la comunidad

Aficionados marroquçíes celebran el pase a cuartos de final del Mundial de Catar 2022 en San Jorge JESÚS GARZARON

Las calles y varios lugares emblemáticos de la Comunidad foral se tiñeron de rojo cuando Achraf Hakimi transformó a lo Panenka el último penalti. Un rojo acompañado del verde y no del amarillo, algo que hizo pensar a los ciudadanos ajenos al fútbol que por allí pasaban, que Marruecos había vencido a España en los octavos de final del Mundial de Catar.

Antes de concentrarse en zonas icónicas como el kiosco de la Plaza del Castillo de Pamplona o la Avenida Zaragoza de Tudela, miles de marroquíes, desperdigados en bares y locales, vivieron con tensión los más de 120 minutos de “derbi” en los que su selección se midió a la de Luis Enrique. Una tensión que finalmente se convirtió en locura.

En Pamplona, un gran número de los aficionados que se pudieron ver a la noche llegó desde el barrio de San Jorge. Desde las 16 horas, casi un centenar de seguidores de Los leones del Atlas se concentraron en un bar de comida marroquí. “Todo el mundo está feliz”, decía Youssef, camarero del establecimiento, sobre la clientela que pudo disfrutar de la sufrida victoria, conseguida tras los tres penaltis errados por la selección española.

Tambores, banderas y cánticos tradicionales del país del norte de África estuvieron presentes desde los primeros minutos de encuentro. Fueron varios los que quisieron incorporarse a la fiesta y no encontraron su hueco, por lo que se abrieron las puertas para que el resto lo viera desde la terraza.

UN DERBI PARA ELLOS

Ismael, que salió de Marruecos hace seis años, definió a la perfección el sentimiento de muchos de sus compatriotas. “Me gusta España, pero amo a Marruecos”, afirmó. Similares fueron las emociones de Yassir durante el partido. Con el corazón un poco dividido después de haber llegado a España en 1999 y haberse casado con una navarra, para él fue “como un derbi”, en el que el amor por sus raíces le hizo decantarse por la selección entrenada por Walid Regragui. “Quiero que gane Marruecos, aunque si eso no pasa, iré con España el resto de Mundial”, dijo en el descanso un Yassir que afirmó, entre bromas, que “sino en casa me matan”.

La salida del rojillo Abde encendió aún más a los presentes, que tocaron sus palmas y tambores cada vez que “Ezzalzouli” -como se apellida el extremo- tocaba el balón. Sufrieron con las ocasiones de la selección española y lamentaron con efusividad los dos fallos de su delantero Cheddira ante Unai Simón en los últimos minutos de la prórroga. Hasta que pudieron desatar sus ganas reprimidas con el penalti de Achraf.

Decenas de coches, con cabezas y banderas rojiverdes asomándose a las ventanas, empezaron a retumbar sus motores hasta llegar al kiosco de la Plaza del Castillo. Allí fueron centenares de marroquíes los que se subieron al monumento para lanzar cánticos de apoyo a su selección. Un momento de celebración para unos aficionados que nunca antes habían visto a Marruecos en los cuartos de final de un Mundial, y que ahora sueñan con conseguir algo grande.

MÁS DE 2.000 EN TUDELA

La antigua estación de autobuses de Tudela fue el epicentro de la fiesta en la capital ribera. Allí se congregaron marroquíes de pueblos como Milagro, Marcilla o Castejón -donde también se notaron-. Los coches también se dejaron ver con sus habituales pitidos en la Avenida Zaragoza, donde no hubo que lamentar mayores incidentes, a excepción de casi 60 multas por afectar al tráfico

Se disfrutó de un hito para el fútbol del país africano en una comunidad donde están muy presentes, con 16.542 empadronados, y amenazan con volver a demostrarlo. “Queremos el Mundial”, advirtió Youssef.

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