Laura Farré Rozada, pianista y matemática: "Es más desafiante la experiencia en un concierto de música contemporánea"

Pianista y matemática o matemática y pianista, indistintamente. “Ambas han contribuido a desarrollarme tal y como soy y no concibo una sin la otra”, afirma Laura Farré Rozada. Catalana de 31 años, protagoniza este jueves el concierto 'La metamorfosis del agua' en el Festival de Música Contemporánea de Navarra NAK. Interpreta en Condestable (20 horas, entrada libre) nueve obras, la mayoría contenidas en su segundo disco, 'Nimbus', donde utiliza el agua como hilo conductor para divulgar el repertorio contemporáneo a un público general. Este proyecto de acercar la música de nueva creación a no eruditos ya lo empezó con su primer disco, 'The French Reverie', de donde procede otra de las obras del concierto de esta tarde, que completan tres obras de encargo. Considera que comprender la música contemporánea “puede ayudar como guía de escucha”. “Pero al final lo importante es que no te deje indiferente, que cuando termine el concierto el público haya tenido la ocasión de dejarse sorprender y que la música le haya transmitido emoción y haya invitado a la reflexión”, sostiene.

'La metamorfosis del agua'. ¿Cómo es el agua de este concierto?

Utilizo el agua y sus tres estados como metáfora para presentar todas las posibilidades que puede ofrecer el piano, como instrumento y como punto de encuentro entre la música y las matemáticas. Porque el hielo, las olas y las nubes tienen sus respectivos fractales en matemáticas.

¿Qué conexión tienen el agua y la musicalidad?

El agua es un medio increíblemente versátil que me permite transmitir todas las posibilidades sonoras y una gran pluralidad de lenguajes a través del piano. Muchas veces, cuando pensamos en música contemporánea, y aún más cuando en la gestación de esta se utilizan explícitamente las matemáticas, tendemos a pensar que va a ser una música poco expresiva y difícil. Sin embargo, hay obras increíblemente virtuosas y a la vez muy viscerales y emotivas, y quiero transmitir en el concierto esta fluidez entre distintos estilos contemporáneos con obras que imitan las distintas sonoridades del agua o la usan cómo metáfora. En 'Still Life', por ejemplo, Yixuan Zhao utiliza el agua para expresar lo que vivimos en el confinamiento: la calma aparente de la superficie simboliza las calles vacías y las corrientes submarinas, nuestra ansiedad en este periodo.

¿Qué hándicaps tiene la contemporaneidad?

Uno muy claro es que la música de nueva creación siempre juega en desventaja porque se ha interpretado menos e intérpretes y público han tenido menos oportunidades de interactuar con ella. En la mayoría de los conciertos escucharemos música que en cierta medida ya conocemos, y el concierto es un acto de confirmación que satisface nuestras expectativas. En contemporánea, siempre es una sorpresa y la experiencia suele ser más desafiante. Sin embargo, no toda la música contemporánea es interesante o va más allá de ciertos tópicos, lo que nos plantea el reto de juzgar qué obras nos gustaría que trascendieran en el repertorio.

¿Comparten prejuicios matemáticas y música contemporánea?

Ambas llevan el lastre de ser ‘frías’, resultado de una falta de didáctica persistente desde hace tiempo que ha conseguido establecer un prejuicio de rechazo ante su desconocimiento. Por este motivo, gran parte de mi trabajo como pianista, matemática y divulgadora es mostrar sus caras más amables y enriquecedoras. Lo hago en la radio, en mis conferencias, en mis artículos y también en mis conciertos, hablando sobre el repertorio con el público, antes y después del concierto.

Estudió las carreras de matemática y piano a la vez, pero no tuvo facilidades, ¿qué ocurrió?

Aunque afortunadamente mi ejemplo contribuyó a que actualmente se puedan cursar ambas en los centros donde estudié (doble titulación Escola Superior de Musica de Catalunya-Universitat Politècnica de Catalunya), entonces no estaba contemplado por ninguna de las dos instituciones que ambas carreras se pudieran compaginar. Esto implicaba que se me solapasen exámenes, clases, seminarios, ensayos, y me las tenía que apañar por mi cuenta sin ninguna ayuda curricular. Tras un esfuerzo colosal y mucho sacrificio logré sacar adelante ambas. Y precisamente no haber desistido me ha permitido distinguirme del resto y construir un perfil profesional atípico.

¿Cómo conecta ahora ambas?

Con mi doctorado en el Reino Unido conecto música y matemáticas en el campo de la memoria musical, para desarrollar un método de memorización para música contemporánea que se basa en simplificar el proceso de aprendizaje y memorización y adecuar el nivel de complejidad con el que trabaja el cerebro en cada momento. Aquí las matemáticas me son increíblemente útiles porque son la mejor herramienta para solucionar problemas e identificar patrones. El objetivo de este método es que también sea útil para prevenir el pánico escénico y las lesiones.

Para usted, la partitura puede convertirse en una interferencia con el público. ¿Por qué?

La partitura no es la obra, sino un guion para que el intérprete desarrolle el imaginario sonoro del compositor. Para mí, la partitura es una herramienta en el proceso de aprendizaje, pero un impedimento para comunicarme con el público. Con la memorización puedo interiorizar progresivamente la obra hasta que se convierte en intuitiva y me permite ser espontánea: si soy capaz de ‘hablar’ a través del piano en vez de reproducir un texto escrito, tengo más posibilidades de conectar con el público. Y la música contemporánea es muchas veces de tal complejidad que es más necesaria aún esta interiorización. Memorizar con inteligencia y no por repetición te permite establecer una conexión más significativa con una determinada obra y te aporta mucha más seguridad y convencimiento en su interpretación, lo que también te permite ser más libre en el escenario.

Más información sobre el Festival NAK:

1. El NAK reclama tiempo para la escucha atenta de su nueva edición
2. Yolanda Campos: “Con la música contemporánea hay que reaprender a escuchar”