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Escultura

Un bosque lleno de fantasía y mitología en el Parque del Mundo de la Txantrea

Mikel Belascoain y Holly Miranda crean siete esculturas que llevan incorporadas sonidos del bosque y cuentos

Mikel Belascoain, junto a los niños y niñas del colegio García Galdeano, que han colaborado en la creación de los cuentos y personajes mitológicos de la instalación Cedida

Dedicar un tiempo a la imaginación es un ejercicio al que suele recurrir con frecuencia el ser humano. Es un tiempo dedicado a pensar en esas historias o imágenes que, en muchas ocasiones, están vinculadas a la fantasía. Así ocurre en el Parque del Mundo de la Txantrea donde se han instalado unos seres mitológicos inventados que habitan en un bosque imaginario. Y no han llegado por medio de un cuento o una película, sino a través de una instalación escultórica y sonora compuesta por siete piezas de madera que llevan incorporadas distintas melodías.

El artista navarro Mikel Belascoain, la artista norteamericana Holly Miranda, los alumnos de 4º de Primaria del colegio García Galdeano y la Asociación Navarra de Robótica Inartech son los artífices de este proyecto artístico que combina escultura, música y narración de cuentos. “La fantasía es un antídoto contra nuestros miedos”, explica Mikel Belascoain, artífice de esta propuesta artística que comenzó durante el confinamiento y que ha visto la luz tras año y medio de trabajo.

Las piezas escultóricas del parque se complementan con una exposición instalada en Geltoki (antigua estación de autobuses) en la que se puede acceder al proceso creativo de la instalación, que comenzó con más de 300 bocetos de distintas obras que Mikel Belascoain pintó durante el confinamiento. La muestra se completa con las siete esculturas en miniatura y un boceto del mecanismo tecnológico con el que funciona la instalación. “Son las tripas tecnológicas para que la gente vea como se conecta la música al paso de las personas. Y en cuanto a los bocetos, la mayor parte están semiterminados pues me gusta mostrar la imperfección de los procesos”, indica el artista.

Mikel Belascoain aprovechó el confinamiento para pintar, pero también para poner en orden algunas ideas que le rondaban y que pretendía materializar en un proyecto artístico. El encierro y la pandemia le llevaron a crear unos lienzos llenos de color y de formas abigarradas que han sido la base de las piezas escultóricas sobre soporte de madera que ahora lucen en el parque. Unas pinturas que también le inspiraron para iniciar este proyecto artístico en torno a la utopía y la fantasía. “Lo que fui pintando en el confinamiento era una expresión interior. Me di cuenta que, en el fondo de esta situación, había una relación de miedos coloristas, una imaginación en la que aparecen los monstruos, los miedos y seres fantásticos”.

Así es como surgió la idea de llevar a la creación plástica una serie de una mitología inventada “que reivindica la idea de la fantasía como antídoto a los miedos en una época de distopía como la actual”, señala Mikel Belascoain. Esta propuesta es la que compartió con la artista norteamericana Holly Miranda, quien ha aportado su visión musical al proyecto. “A Holly (Miranda) la conocí en un concierto en la Catedral de Pamplona y desde el primer momento hemos tenido una buena sintonía, hemos estado en contacto durante la pandemia y estamos muy alineados. Le propuse trabajar en una instalación escultórica y sonora y ella aceptó”.

CREACIÓN COMPARTIDA

La aportación de la artista residente en Nueva York tiene que ver con los sonidos que se escuchan en cuanto el público se acerca a cada una de las esculturas. Holly Miranda ha grabado los sonidos del bosque durante los últimos meses, a los que ha añadido distintas capas sonoras electrónicas y su voz a modo de instrumento. La compositora ha creado siete melodías, una para cada pieza, que se funden en una sinfonía polifónica general y que sonará de una manera u otra según la interacción del público y el numero de visitantes que se acerquen a las esculturas.

La coordinación de ambos artistas desde la distancia ha resultado una experiencia “muy positiva porque el desarrollo de la creatividad es brutal”, al igual que ha ocurrido con los niños y niñas que han participado en el proyecto. También, con los miembros de la asociación navarra de robótica cuya colaboración permite que las esculturas cobren vida a través de la música y los cuentos. “ Esta parte del montaje fue más complejo, pero la implicación y el trabajo ha sido estupendo. La música está integrada en las obras, había que sincronizarlo y por eso las esculturas llevan baterías. Las piezas se conectan con el movimiento y activan la música, además de que permite escuchar los cuentos”.

Las obras tienen una estética expresionista que evoca a artistas como Miró o Picasso, a la pintura de principios de siglo y al universo artístico de David Bowie, además de inspirarse en referencias literarias como Levis Carroll (autor de Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo).” Se ha conseguido generar una atmósfera que respire utopía, ensoñación, se trataba de crear una atmósfera mágica. Ha sido un proceso muy holístico y bonito”.

EXPERIENCIA CON NIÑOS

Con la idea de implicar a más personas y que el proyecto fuera un espejo de imaginación yfantasía, Mikel Belascoain apostó por contar con la colaboración de niños y niñas en la creación de los cuentos. Así, en el marco del Festival Brif Braf Bruf, el artista trabajó durante tres meses con alumnos y alumnas del 4º de Primaria del colegio García Galdeano de la Txantrea. En el primer encuentro, el artista a participar en una tormenta de ideas para inventar personajes e historias a partir de los bocetos en miniatura de las esculturas. “Es increíble darte cuenta de la imaginación que tienen los niños y niñas. Ha sido algo maravilloso estar con ellos. Es un colegio con una tasa de inmigración alta, con chicos y chicas que tienen situaciones muy diversas, pero todos fueron muy imaginativos”.

Así surgieron personajes como “Caballina” (mitad caballo, mitad gallina) y los siete cuentos de dos minutos de duración que también revisó Holly Miranda para ir adaptando las melodías a la creatividad de los escolares. El resultado son unos cuentos que, a pesar de ser diferentes, tienen en común los temas abordados, como la diversidad y la aceptación de las diferencias. “Los cuentos son reflejo del siglo XXI, de la realidad que tenemos. Las piezas escultóricas no tienen género claro, son piezas no binarias, unos seres bizarros y distintos. Cada uno de ellos atrapa un mensaje que tiene que ver con la aceptación de todas las opciones que existen en la sociedad. Y ahí está la fantasía pura de los niños que son capaces de pensar en ese mundo sin diferencia. Los niños están viviendo una temporada muy complicada y hay que salir un poco de la realidad, porque si la analizamos, da mucho bajón. Desatar la fantasía me parece fundamental tanto a nivel artístico como de construcción de la persona”.

+ ‘El bosque fantástico’. Parque del Mundo, Txantrea. Hasta el 8 de enero.

Dedicar un tiempo a la imaginación es un ejercicio al que suele recurrir con frecuencia el ser humano. Es un tiempo dedicado a pensar en esas historias o imágenes que, en muchas ocasiones, están vinculadas a la fantasía. Así ocurre en el Parque del M

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